El
alcalde de Llíria, Manolo Civera, ha recibido a Nuria Lorenzo y Carmen
Pérez, investigadoras de la Universidad de Swansea (Reino Unido) y de
la Universitat Politècnica de València, respectivamente, para abordar la
ejecución en el municipio de un programa dirigido a la información y
prevención contra el acoso sexual a menores por internet, también
conocido como grooming.
El primer edil ha explicado que, “dentro de los compromisos adquiridos
con la creación de la Comisión Técnica Municipal de Protección de la
Infancia y Adolescencia, queremos desarrollar este proyecto. Para ello,
está previsto organizar una jornada en el último trimestre del año para
poner en común la realidad actual en Llíria y en la que participen los
distintos agentes implicados del ámbito de la salud, la educación, los
servicios sociales y la seguridad”.
“Tras este primer paso, y con el apoyo de estas expertas
internacionales, nuestra ciudad se podría convertir en un laboratorio
para el estudio de las medidas que se pueden aplicar en la
concienciación y prevención de estas prácticas en las que los menores se
encuentran totalmente vulnerables”, ha señalado Civera.
Los casos de este tipo de ciberacoso han aumentado de manera
exponencial a nivel global. En España, según datos presentados
recientemente, el número registrado de delitos de este tipo ha pasado de
92 en 2013 a 394 en el año 2017.
Según han apuntado las doctoras Lorenzo y Pérez, “los trabajos de
investigación evidencian la existencia de estrategias recurrentes de
comunicación que los acosadores sexuales utilizan para manipular a
menores por internet. Éstas dificultan su detección con las aplicaciones
y los programas comercializados en la actualidad”.
“El grooming
se sustenta en la persuasión comunicativa dirigida a crear una falsa
confianza por parte del menor en el abusador, de manera que el acosador
vende el componente sexual como algo ‘beneficioso’ para el acosado, y
logrando el aislamiento con sus familiares y amigos. Es una práctica
que, en algunos casos, se desarrolla en menos de una hora de interacción
con la víctima, y en la que muchos acosadores mencionan abiertamente
que son adultos”.
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