El Colegio de Médicos de
Valencia ha mostrado su preocupación por la inminente entrada en vigor del
nuevo convenio de ambulancias que impide el uso del Transporte No Asistido
(TNA) por parte del personal sanitario para asistir a los enfermos en sus
domicilios. Este convenio, válido a partir del 1 de agosto, afectará
directamente a los médicos que trabajan en los puntos de atención continuada
(PACs) y que actualmente acuden en ambulancia a estos avisos.
Por ello, el Ilustre Colegio
Oficial de Médicos de Valencia (ICOMV) indica que el médico que preste
servicios de atención continuada no tiene la obligación de tener permiso de
conducir ni la de conducir un vehículo propio o ajeno para la realización de
las tareas del puesto de trabajo, ya que la provisión de los todos los medios
materiales para la realización del mismo es responsabilidad de la Administración.
Por esta razón, la entidad
colegial solicita a la Conselleria de Sanitat vehículos adecuados con
conductor, rechazando el vehículo eléctrico o sin conductor, ya que, de este
modo, se asumiría la conducción por parte de los facultativos.
Asimismo, el ICOMV informa de
que, en caso de urgencia, debe solicitarse un vehículo de soporte vital básico.
Si no se proporciona, el profesional sanitario deberá, previamente a
desplazarse a la dirección de la urgencia, reflejar lo sucedido en la historia clínica
y en libro de incidencias. Además, la entidad sugiere avisar del problema
a
la Policía Local o la Guardia Civil.
Del mismo modo, la corporación
colegial advierte de que esta circunstancia podría aumentar más los casos de
agresiones al personal sanitario al tener que desplazarse sin ningún refuerzo
al punto de atención. “Ya estamos muy expuestos a las agresiones, que por
desgracia muchos han sufrido, para estarlo aún más al acceder solos a los
domicilios de los pacientes”, expresa la doctora Carmen Castro, consejera de la
entidad y presidenta de APACU (Asociación de Profesionales de Atención
Continuada-Urgencias de la Comunidad Valenciana). El ICOMV recuerda que en los
últimos tres años las agresiones a médicos han aumentado un 55% en la provincia
de Valencia.
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