Desde
antiguo los padres han intercedido por sus hijos ante la patrona de la Font de
la Figuera. El mismo título de la advocación mariana, Mare de Déu dels Xics, ya
invitaba a orar por los más pequeños y a encomendarlos en todas sus necesidades
a esta imagen. Incluso se le llega a pedir a la Virgen de los Niños un
saludable embarazo, un parto “en hora buena” y un crecimiento adecuado.
El mismo milagro de 1744 cuenta que la Virgen del Rosario era llevada
en procesión por un grupo numeroso de niños y niñas, cuando un grupo de contrabandistas que venía desde Almansa al galope de caballo
irrumpió en el cortejo en el punto en que se encontraban los infantes
arremolinados junto al estandarte de la Virgen. Milagrosamente, los forajidos y
sus enfurecidas caballerías no causaron ningún daño a los menores y, desde
entonces, recibió el nombre de Mare de
Déu del Roser dels Xics, castellanizado como
Virgen del Rosario de los Niños.
Aquel hecho portentoso hizo que la Virgen
del Rosario adquiriera un especial patrocinio sobre los más jóvenes y que el
papa Pío XII declarara el patronazgo sobre la villa y sus habitantes. Y,
asimismo, que en el 270 aniversario del prodigio el Papa Francisco haya
concedido un Jubileo especial a la Font de la Figuera.
Por ello, tanto en la Font como en la
comarca se acude a invocar a la Mare de Déu dels Xics ante cualquier
eventualidad relacionada con los niños. De hecho, en la misma Parroquia de la
Natividad se ha ido desarrollando la costumbre de ofrecer a la Virgen las
criaturas, especialmente las que están acabadas de bautizar, una ceremonia muy
emotiva en la que participan todos los miembros de la familia presentes,
incluyendo padres, abuelos, y hermanos, invitados, amigos y fieles asistentes.
El Antiguo
Testamento ya recoge tipos de bendición y presentación de niños, así Ana, no
solamente dedico su hijo Samuel a Dios, sino que también lo dejo en el templo
para que fuese criado allí por Elí. Jesús amonesta a sus seguidores para que le
dejen acoger a los pequeños: “Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo
impidáis, porque de ellos es el reino de Dios” (Mc. 10”14). Ritos de ofrenda de
niños se pueden encontrar en la fiesta judía de los Tabernáculos y en las diferentes
iglesias cristianas, desde la Católica a la Ortodoxa, desde la Anglicana a la
Luterana.
Esta especial
protección de la patrona de la Font sobre los niños y niñas ha provocado
también que a los largo del Año Jubilar hayan sido numerosas las
peregrinaciones de niños con distintas deficiencias, acompañados por sus
padres, para orar a la Virgen por su salud y pedirle devotamente su mejoría.
Notorio ha sido el incremento de visitas estas últimas semanas.
Según
el Cura párroco, Lisardo Castelló toda la parroquia se alegra por estas
visitas: “Acogemos a todos los niños con alegría, pero de una manera especial a
los que presentan deficiencias porque creemos que todos los hijos son una
bendición y una razón para regocijarnos. Queremos seguir el ejemplo de Jesús de
bendecir a todos los niños y de orar juntos para reiterar y poner de manifiesto
el amor de la Virgen por cada niño y
pedimos por su bienestar y salud a lo largo de su vida.
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