Pere Valenciano, director de El Periódico de Aquí. EPDA Lo que le está pasando al Partido Socialista Obrero Español ya se ha visto en otros países europeos, como en Italia y Grecia, donde lo fueron todo y acabaron desapareciendo, o en Francia, donde el infiel Hollande y Valls están llevando al socialismo francés al desastre. Pero, ¿realmente un partido con casi 140 años de historia en España puede estar agotando su proyecto y se dirige a su desaparición o aún tiene solución? Pues no lo sé, porque la bola de cristal no me funciona. Pero sí hay cuestiones sobre las que se puede reflexionar y debatir al respecto.
El Partido Socialista arrastra en España una crisis que comenzó con la segunda legislatura de Rodríguez Zapatero, pero los problemas empezaron antes en numerosas federaciones regionales, coincidiendo con la pérdida de muchos gobiernos autonómicos. En el caso de la Comunitat Valenciana, por no irnos muy lejos, se produjo con la llegada a la Generalitat de Eduardo Zaplana y la salida de Joan Lerma. En ese momento comenzó una larga travesía por el desierto institucional y se encadenaron gestoras y direcciones débiles y fracasadas. La guerra entre facciones y familias ha sido el gran lastre y desgracia para el PSPV-PSOE.
El electorado ha ido dándole la espalda al socialismo valenciano como consecuencia de esa falta de renovación y liderazgo y esa maldita endogamia fratricida que ha llevado a reducir el apoyo electoral paulatinamente. Un sector del partido, el que ganaba los congresos a base de pactos entre los de siempre, se conformaba con alcanzar cuota de poder institucional, asegurándose un sueldo durante el mayor tiempo posible, pero importándole un bledo que el partido se fuera alejandode la sociedad y sus problemas reales.
Así se ha llegado a una situación en la que el secretario general del PSPV-PSOE y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, lo es con el peor respaldo electoral de la historia y sustenta la recuperación de gran parte del poder municipal apoyándose en Compromís, dispuesto a pegarle un zarpazo de aquí tres años.
El partido ha recuperado buena parte del poder institucional perdido en 1995, pero más por demérito del PP valenciano que por méritos propios, lo cual es un peligro en caso de que los populares se recuperen o que Compromís siga conectando con la sociedad, gracias especialmente al tirón de Mónica Oltra.
En España, lo que le está pasando al partido y a Pedro Sánchez, tiene mucho que ver con la irrupción de Podemos, pero también las guerras internas del PSOE, las dos almas ideológicas y las dos maneras de entender España. Nada que los valencianos no hayamos visto durante la friolera de 21 años en el seno del PSPV. Sin embargo, ahora nos estamos jugando mucho más y por el bien de todos, es imprescindible que el PSOE renazca de sus cenizas como el Ave Fénix y que no se convierta en el PASOK.
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