Libro y autor desconocido que deja un legado y una profunda reflexión de lo que es capaz de hacer un solo hombre por él mismo y por su familia; Francisco Emiliano Pérez Pérez es un español nacido en 1933 en Paraíso, ahora vecino de Sagunto, hombre que ha trabajado gran parte de su vida en diferentes áreas, autodidacta, con una familia que no sabía leer ni escribir, porque provenía de pastores que trabajaban para los grandes terratenientes de la época.
Fragmento:
“En Paraíso se ubica
Una hacienda de un Capote
Cuyo nombre de este dueño
No se si es apellido o mote.
En la masía Capote
Terrenos de señores ricos
Que contratan a sus arrendatarios
Y aquí dan de comer a sus hijos.”
Poco a poco con mucho esfuerzo fueron cada vez a más, hasta tener una buena estabilidad económica, según lo narra Emiliano gracias a una actitud de unión familiar, solidaridad, trabajo, paciencia y sobre todo por su abuela Serafina una gran economista. Escribió un libro entre prosa y “pareados” con una serie de cartas en las que va plasmando todo el proceso en su vida personal que refleja la historia de una patria sumida por una guerra civil, la manera de vivirla y sufrirla una familia que en ese transcurso de bandos en conflicto, van siendo parte del mismo sin proponérselo y algunos quedan en el camino, otros superan todos los obstáculos álgidos que les forman un carácter para asumir una vida de crecimiento y conocimiento para sus descendientes.
Fragmentos de “Cartas a mi arboleda”:
“En paraíso, se quedaron toda la guerra, la abuela Serafina, Concepción, la pequeña Serafina, el tío Leandro y los abuelos de la Puebla, que solo podían salir de casa, por la noche, para no ser blanco fácil de ambos lados.
A todo esto, a casa de la abuela, llegaron durante la contienda, el otro hijo, Eliseo, que se vino también del frente, éste, después de observar durante el día, de un punto que veía todo el barrio, por la noche, se metió en la gorrinera del cerdo, y cuando la abuela fue a darle de cenar, pues lo tenía bien alimentado, para que no lo oyeran gruñir, (era una artista para alimentar a todo el mundo, a los cerdos les ponía, en la comida su sal,) se encontró allí a su hijo (con que emoción me lo contaban mis queridos antepasados), al poco tiempo, la misma escena, con el sobrino Valeriano en casa de Leandro, estos, los dos estuvieron escondidos, hasta que terminó la guerra.”
“Al terminar la guerra, que las gentes vuelven a casa, en el mes de abril, se encuentran, casas destrozadas, los campos sin sembrar, pero los abuelos y el tío Bernardino, habían sembrado, tierras a medias en Alcotas y en la Torre, y con lo que les tocó de éstas siembras, lo repartieron equitativamente para la familia, y otra vez la abuela Serafina, con su habilidad, repartió entre los suyos, manteniendo la armonía entre todos”
Emiliano aunque escribe un libro para sus descendientes, a sus 82 años de edad sospecha que alguien más podría leerle y deja abierta la posibilidad de a través de sus letras dejar escrita una historia con su verdad, porque como bien lo da a entender en esta tertulia, los poderes de los más fuertes cuentan una historia como les conviene; también plantea como el ser ignorantes, no leer y escribir o prepararse marca una gran diferencia en un pueblo que es fácil de manipular y que no sabe ni puede cambiar su suerte pero a lo largo de su historia también aprende y nos enseña que él no cree cuando le dicen que estudiar no sirve para nada porque es solo para los que tienen un círculo privilegiado, él demuestra con su propia vida que de ser un pastor, de trabajar en los empleos menos retribuidos y difíciles, con constancia, paciencia, y voluntad poco a poco fue examinándose y subiendo en su escala social y económica, hasta conseguir un trabajo bien remunerado, un excelente matrimonio y unos hijos y nietos muy educados y con grandes posibilidades. Claro está que nos demuestra también que fue gracias a su padre un autodidacta y un poeta nato que sin saber leer ni escribir supo orientar a su familia, infundiendo ciertos valores que les quedaran grabados durante su existencia y a su abuela Serafina una matriarca que resiste todo lo peor de la guerra , ayuda, orienta y trabaja por su prole.
“Tomas pequeño gran hombre
Que a los suyos daba lo que tenía
Les ofrece su misma casa
Con todo lo que podía.
Da ejemplo de sociedad
Sin saber sociología
Siendo semi-analfabeto
Tenía sabiduría.”
Se encuentran hechos contradictorios como es el caso de la participación del clero apoyando a las tiranías y cometiendo verdaderas injusticias y al mismo tiempo a lo largo de su vida ese mismo clero es quien le cuida en su enfermedad, es como si Emiliano nos mostrara esa faceta doble en los seres humanos de dureza ante ideas absolutistas que enceguecen y conducen en aras de cuidar unos intereses determinados a cometer todo tipo de injusticias, desvirtuando totalmente su esencia real y la otra cara que es la entrega, la solidaridad y la bondad. Esa contradicción en las acciones es la que hace que se pierda la credibilidad y el respeto por las instituciones que debieran fomentar los derechos humanos y los valores que hacen una sociedad más fuerte y pujante, al pervertirlos se convierten en su gran debilidad.
También plantea algo muy interesante acerca de la posición que los humanos toman en la sociedad que les circunda, porque finalmente aunque se quieran hacer al margen, al individuo le importa lo que suceda en esa sociedad que lo afecta, quiera o no el ser humano es político.
Emiliano narra los hechos a sus nietos:
_ Mis queridos arbolitos :Todas estas peripecias, que nuestros antepasados pasaron, desde mi punto de vista, hoy, los poderes a nivel mundial, las hacen sufrir, con creces, porque tienen más medios, y piensa vuestro ILUSO, que podrían ser evitables, pero os quiero hablar de lo que disfruto narrando a mi manera, los hechos que yo mismo pedía, y hoy que los puedo contar, es recordar aquellos seres que tanto quise y me quisieron.
Posiblemente, los genes siguen su curso, heredando de unos a otros muchas de sus afinidades, pero nuestros antepasados, no tuvieron la suerte que tengo yo, de poder escribirlos y además, lo mismo que yo les pedía, me lo piden hoy, mis dos ramitas, diciéndome, ¿ Yayo cuéntame cosas de los otros yayos y que se los escriba; ¿Os podéis dar idea de lo que disfruto haciéndolo? (Continúo con mi relato)~.
Francisco Emiliano es un escritor que valdría la pena ser leído por las nuevas generaciones en todo el mundo, demuestra con hechos tangibles la utilidad del respeto por los mayores y el respeto, apoyo y enseñanzas con el ejemplo de estos a sus jóvenes; el pilar que supone es la familia para un individuo siendo la que le incrusta una serie de conductas y principios que perduran para bien o para mal durante toda su existencia, de tal manera que es la que marca las bases del ser, luego él ya se desarrolla según el ambiente, las personas y las circunstancias que se le presenten o que él elija.
“Tengo la necesidad de continuar nuestro diálogo, puedo permitirme el lujo, de plasmarlo en el papel y después leerlo, para mí mismo, creo que nuestros arbolitos, con dos y cuatro años, ya practican el pensar, algo tendrán de vuestros genes”
Al narrar su historia deja la evidencia del gran poder que tiene la palabra, cómo a través del conocimiento sí que se pueden cambiar los esquemas, salir de la pobreza, de la ignorancia, y llegar tan lejos como se quiera si aparte del ímpetu personal existe una unión y empuje colectivo, el primero y fundamental es la familia.
“Vuelve a pico y pala luego a la academia privada a prepararse, una revuelta le sirvió para que le dieran un puesto de trabajo. Valentín Urquijo del País Vasco, clave, se reencuentra con su familia, Tomás y Concepción, estuvo otra vez de pico y pala pero adquirió la conciencia de saber, cuando regresó se dedicó a estudiar. Union familiar en el afecto y lo económico, también en conocimiento. Domina ya el soplete , continua preparándose y va ascendiendo en funciones, de pastor a la nocturna, estudio por su cuenta ortografía:
”Luis Miranda Apodadera
Nombre de la ortografía
Que le cambió de color
De usarla de noche y de día.
Los concursos a eliminatoria
Matemáticas y un dictado
Pero con faltas de ortografía
Quedabas eliminado.
Como me pateé las reglas
El primer paso lo superaba
Pero al llegar la criba
Emiliano no pasaba.
Pero la constancia es sabia
Y al constante premia
Lo sé por mi experiencia
Al pasar por esta academia.”
Le ascienden en el trabajo
De peón a especialista
Va ganando más dinero
Sin perder su punto de vista.”
También nos demuestra a través de sus 82 años de edad que un individuo puede darle la vuelta a sus circunstancias adversas en función de la actitud que tome frente a su existencia, con tanta injusticia, dolor, desventajas sociales y económicas bien podría haberse resentido y tomar otros rumbos o justificarse para no hacer lo que con paciencia, esfuerzo, estudio, tiempo y trabajo logró, una gran familia con su esposa , hijos, nietos y sus “otras ramas” como él define en esta arboleda a su familia.
“1790 - 2011
Dedicado
A Leonor Belmonte Ros, mi compañera, mia amada (mi todo)
Sin la cual no habría sido posible, que apareciera el Diferente dentro
De Emiliano, con todo el cariño tu esposo.”
Un grupo humano sólido, integrantes con una conciencia de lo que han sido, lo que son y lo que serán, personas íntegras y positivas para su entorno, su país y para el mundo. La grandeza de un hombre definitivamente no está en aparecer en una portada, o en tener un reconocimiento temporal que alimente su vanidad o su bolsillo, grande es un hombre como Emiliano que nos deja la sabiduría de su padre Tomás, su abuela Serafina, su propia grandeza y sabiduría como prueba irrefutable de lo que merece la pena imitar y ser premiado, porque a la final la vida le retribuye esa tarea tan bien hecha.
Eugenia Castaño Bohórquez
Otros fragmentos e imágenes del libro “Cartas a mi arboleda” de Francisco Emiliano Pérez Pérez
En el siguiente párrafo le escribe a su padre Tomás ya ausente:
“Esto lo considero una pequeña tertulia de la que tendríamos, si aún vivieras, pero quiero plasmarla para que los tuyos se pregunten, ¿Este Emiliano, cómo le escribe a mi bisabuelo si ya hace tantos años que murió?, pues muy sencillo; porque estas letras, carta o tertulia, es para los vivos, no para los muertos, por si os gusta saber de vuestros antepasados, lo que les pasó, cómo vivieron, lo que pensaban, cómo actuaban, a pesar de no saber leer, porque no les habían enseñado, mi, vuestro, Tomás se defendía, porque tuvo la suerte, de que les mandaron un maestro, que se preocupó de enseñarles, al que no podía ir de día, les hacía escuela nocturna, y me satisface poner lo que nuestro Tomás, veía se preguntaba, pensando más y mejor que muchos de los que hoy tienen títulos de saber, pero ya os lo contaré más adelante.”
“En su querido Paraíso
Están parejas de hermanos
Dentro de su independencia
Pero unidos de pies y manos.
Juntos cultivan sus tierras
Juntos cuidan sus rebaños
Cada uno vive en su casa
Y así fueron muchos años.”
“Por eso en mil nueve cientos treinta y seis
Los poderes por egoísmo
Tienen miedo perder
Los privilegios que tienen
Y deciden ejercer su poder.”
“El poder que decide la guerra
Causa muerte y tragedias
Mucho sufrieron los míos
Enumeraré algunas de ellas”.
“La guerra ya está formada
A los hombres movilizan
Los más jóvenes van al frente
Que al que no matan, lo esclavizan”
“El frente ya se aproxima
Las gentes van evacuando
Dejando las casas y enseres
Es lo que la guerra va sembrando.
Ya evacúan los ganados
Van con ellos entre otros
Tomás y Anton
dejando en Paraíso
A Trinidad y Concepción”.
“Todos se van evacuando
Los pueblos están hundidos
Y los Paraísos quedan
Entre dos líneas metidos.
Al norte los sublevados (llamados nacionales) zonas altas con estrategia escogidas. Al sur y este con los hondos, los republicanos (llamados rojos), pero las hondonadas por ambos batidas.” Leandro que siente un ruido
“Se sube algo asustado
Y cuando llega se encuentra
Que tiene al hijo a su lado.
Así Serafina tendría
Parte de la guerra escondidos
A sus tres hijos y al sobrino
En su porchada metidos”.
_Quinta carta a mi arboleda (12/04/07)
De 1937 a 1939
Damaso y Pablo con sus mulos
En Alcotas pasaron la guerra
Quejuntos con Bernardino
Sembraron trigo y legumbres
A medias en aquella tierra.
En abril acabó la guerra
Las familias regresan a casa
Encontrando sus hogares
Destruidos a veces en masa.”
“ En octubre un domingo
Con once años que tenía
Mi padre cargaba los mulos en el campo+y yo los llevaba a casa de guía.
Mi madre los descargaba
De vuelta mi padre los cargaría
Como no pude ir
A misa por la mañana
Luego, al rosario iría.
Por la noche en el rosario
El cura por no ir a misa, me pegó
Mi padre y mi madre se indignaron.
La ignorancia me quitó a mi madre
Con treinta y siete años que tenía
Y hoy puedo responder
Al interrogante, que me hacía.
¿Qué mal he podido hacer
Al ser que todo lo puede
Siendo un niño de once años
Para que sin madre me quedé?
La respuesta es, que ese ser,
Tiene mucha faena
Y no puede atender a todo
O que no existe ese…, así queda.”
Recibe años más tarde cuidados y bondad:
“Me llevan al hospital
A la sección de quemados
Las enfermeras son monjas
Que nos tienen bien cuidados.
Nos daban bien de comer
Yo pocas comidas
Que el tocino y el pan
Conocía de cocina
Y en el hospital conocí el flan.”
“Si alguno de mis arbolitos, cuando puedan comprender y leer esta carta se preguntan ¿ mi yayo, se sentía o se siente político? Para el criterio de vuestro tronco (yayo) la relación entre los seres humanos es política, por lo tanto, como él se considera un ser humano, es político, porque los que se llaman apolíticos, en el momento que se llaman así, ya son políticos, manifestando su incomprensión, o porque no se atreven a decir lo que piensan.”
Resalta la gran importancia del estudio, de prepararse, de escribir y leer, pero no sólo opina, sencillamente su vida es una prueba de ello.
“Tengo la necesidad de continuar nuestro diálogo, puedo permitirme el lujo, de plasmarlo en el papel y después leerlo, para mí mismo, creo que nuestros arbolitos, con dos y cuatro años, ya practican el pensar, algo tendrán de vuestros genes”
“Te presentas al examen
Cuando llegue el momento
Pero te quedarás aquí
De oficial en el departamento.
Así ocurrieron las cosas
Que hoy plasmo por escrito
Con trabajo y constancia
De lo que me felicito”
“La guerra ya está formada
A los hombres movilizan
Los más jóvenes van al frente
Que al que no matan, lo esclavizan”