Fin de curso del colegio armenio de Mislata. EPDA El
colegio armenio de Mislata organizó ayer miércoles su tradicional
fiesta de fin de curso en el teatro del Centro Cultural. Se trata de
una iniciativa que puso en marcha la asociación armenia Ararat hace
ahora 14 años y que hace posible que los chicos y chicas armenios
que residen en la ciudad tengan la oportunidad de aprender la lengua,
la cultura y las tradiciones de su pueblo.
El
acto arrancó, como de costumbre, con una representación teatral que
los alumnos del colegio armenio preparan con esmero durante todo el
curso. En esta ocasión, los pequeños representaron una fábula en
la que los distintos personajes tratan de salvar un tesoro, en este
caso un libro, para que los niños y niñas puedan seguir
aprendiendo.
Finalizada
la representación teatral, la asociación entregó un diploma a cada
uno de los 23 alumnos y varios reconocimientos tanto a los alumnos
como a los profesores del colegio armenio. Además, la asociación
entregó este año el premio "Mejor amigo del pueblo armenio"
a las emisoras municipales de radio y televisión (Mislata Ràdio y
Mislata TV), por su contribución en la difusión de la cultura y las
tradiciones del pueblo armenio.
El
acto finalizó con una actuación musical y con la intervención de
la concejala de Integración, Ana María Julián, que destacó la
importante labor que realiza Ararat "para que los chicos y
chicas armenios, a pesar de vivir muy lejos de sus lugares de origen,
puedan seguir unidos a sus raíces a través del conocimiento de su
lengua y su cultura".
La
asociación Ararat lleva muchos años implantada en Mislata y
trabajando por la integración de la comunidad armenia. Una de sus
proyectos más importantes es el colegio armenio, que empezó en 2004
con dos alumnos y en este último curso ha posibilitado a 23 niños y
niñas de esta nacionalidad aprender la lengua y la historia de su
país.
Las
clases se imparten durante los fines de semana en el colegio público
El Cid y en el tiempo que pasan en la escuela los alumnos hablan en
armenio entre ellos. Según Ararat Ghukasyan, presidente de la
asociación Ararat, el colegio armenio ayuda a que los niños y niñas
sepan de donde vienen sus padres y sus abuelos, y de este modo honran
sus orígenes, su cultura y sus costumbres.
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