Consumo entre adolescentes. EPDA
El fomento de las
habilidades relacionadas con la inteligencia emocional puede ser una oportunidad
de potenciar algunos de los recursos individuales y sociales, que permitan a los
adolescentes afrontar con mayor seguridad y solvencia los retos a los que se van
a ver expuestos, como por ejemplo el consumo de alcohol y de drogas, según el
informe “la educación emocional en la
prevención de las conductas adictivas”, elaborado por Victor Villanueva y Lourdes
Alapont, profesores colaboradores de la Universidad Internacional de
Valencia (VIU).
La educación emocional
-continúan-, es un proceso educativo, continuo y permanente, que “pretende
potenciar las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo
humano, con objeto de capacitarle para la vida y con la finalidad de aumentar el
crecimiento integral de la persona”.
Según los expertos
de la VIU, “considerando que durante la adolescencia se experimenta un
importante proceso evolutivo de cambio y de desarrollo personal y, a pesar de
ser un constructo relativamente reciente, la Inteligencia Emocional ha
demostrado ser un conjunto de variables importantes que pueden explicar y/o
modular el consumo de sustancias adictivas”.
“Es por ello, que
consideramos que debe tenerse en cuenta en la práctica educativa e
incorporarse en los programas orientados tanto a la prevención de
drogodependencias como de cualquier otra problemática que afecte a los
adolescentes”, añaden-.
El informe de la VIU explica
también que “una elevada inteligencia emocional se relaciona con mejores
niveles de ajuste psicológico; menor propensión a la impulsividad, sentimientos
de ansiedad, afecto depresivo y tendencia suicida; mayor cantidad y calidad de
relaciones interpersonales y de apoyo social, así como un mayor rendimiento
académico al afrontar con mayor facilidad las situaciones de estrés, con una
menor probabilidad a manifestar comportamientos disruptivos, agresivos,
violentos o delictivos, y un menor consumo de sustancias adictivas”.
CONSUMO DE
ALCOHOL Y DROGAS ENTRE LOS ADOLESCENTES
El informe de la VIU hace referencia también a que, en
España, atendiendo a los datos aportados por la encuesta ESTUDES publicada en
2016, el alcohol y el tabaco seguidos del cannabis siguen siendo las drogas más
consumidas por los estudiantes españoles de 14 a 18 años. Le siguen, por este
orden, hipnosedantes (con y sin receta), cocaína, éxtasis, alucinógenos,
anfetaminas, inhalables volátiles y heroína. Respecto a la edad media de inicio
continúa siendo una edad de inicio muy temprana, oscilando entre los 13 y los
16 años según las sustancias. Para el alcohol y el tabaco son inferiores a los
14 años.
Analizando la evolución de los consumos, en términos generales este es
creciente para las diferentes sustancias psicoactivas conforme aumenta la edad.
Por tramos de edad, se observa un incremento considerable entre los 14 y 16
años en el uso de las tres drogas de mayor prevalencia (alcohol, tabaco y
cannabis).
En relación al alcohol, el 84% de los alumnos consultados afirma haber
consumido alcohol en alguna ocasión en su vida; la prevalencia de
intoxicaciones etílicas agudas (borracheras) se sitúa en el 50.1%; el uso de
tabaco en el 38.4% y, en relación al cannabis, el 29.1 de los alumnos también afirma
haberlo consumido en alguna ocasión en su vida. Cabe destacar que en torno al
40% de los que se han emborrachado en el último mes ha consumido al menos una
droga ilegal.
La Inteligencia Emocional puede
considerarse como la capacidad biológica, psicológica y social que impulsa el
procesamiento y la solución de problemas, así como la creación de ideas y
recursos que mejoran la vida personal y social.
En este sentido, los expertos
hablan de Inteligencias Múltiples, ya
que las personas “poseemos siete tipos de inteligencia distintas, cada una de
ellas relativamente independiente de las otras”. Éstas serían la inteligencia
lingüística, la lógico-matemática, la musical, la quinestésica-corporal, la
espacial, la intrapersonal y la interpersonal. Posteriormente se añadieron nuevas
inteligencias, como la inteligencia naturalista y la existencial.
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