Sufrimos
un momento realmente triste. Ciertos españoles soslayan a uno de los
nervios más activos y entregados al cuerpo social como es la
Iglesia. Algunos quieren borrarla como entidad pública y eliminar
cualquier manifestación religiosa como algo nocivo para la sociedad.
Guste
o no, la historia de España no se puede entender sin la religión
católica .Ha sido su DNI cultural, su alma y la columna vertebral de
nuestra historia, la que practicaron nuestros padres y bajo su
liturgia los enterramos. Hoy se pretende
Arrinconarla
al ámbito privado. Pretenden cambiar el evangelio por el marxismo y
consideran a la religión como el opio del pueblo. Piden que se
deroguen los acuerdos con la Santa Sede, que pague el “ibi” de
sus edificios, se eliminen los crucifijos, la enseñanza de la
religión, los capellanes del ejército, la televisión de la Santa
Misa a través de la TVE, las capillas de las universidades y que
se sustituyan las ceremonias religiosas por ceremonias civiles.
El
laicismo quiere descafeinar la figura de la iglesia, conducirla al
ostracismo social y enfriar la religiosidad del pueblo. Se lucha por
secularizar los contenidos básicos de la teología y se ofrece barra
libre contra la Iglesia. Esta representa para ellos la involución.
Nos dicen que la religión es una alienación, un fetiche creado por
el hombre y del que el hombre debe liberarse. Que Las ideas
religiosas son un producto humano que nace del descontento, de la
miseria, de la enfermedad y que impulsan a creer en ideas ilusorias.
Los
católicos contemplamos cómo pisotean y manipulan los valores
religiosos enrraizados en la génesis de nuestra cultura. Como decía
Sarkocy, el manto precioso de nuestras catedrales, monasterios e
iglesias, nació de la profunda fe religiosa de nuestros antepasados.
La fe es un acto personal. Somos libres de creer o no, pero los
católicos debemos dar la cara en su defensa. Decimos que el que
calla otorga y que el callar es de sabios. Yo estoy con Alan de
Benois: callarse equivale simplemente a aumentar el poder de quienes
hablan.”El Señor nos dijo:”Quien me defienda delante de los
hombres, Yo le defenderé delante de mi Padre que está en los
cielos.
Algunos
lamentan que nuestra Constitución no sea laica. En el art.16 se
garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto. Ninguna
confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán
en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y
mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la
Iglesia Católica. Está claro que España no es laica, es
confesional ( no tiene carácter estatal),con unas relaciones de
privilegio con el Estado.
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