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El pasado 21 de mayo en las Casas del Pueblo del PSOE, decidimos darle una tercera oportunidad a los españoles. Tenenos buen corazón, qué le vamos a hacer. Si en dos ocasiones, han decidido otorgarle a Pedro Hamon (perdón, Sánchez), los peores resultados para su partido en toda la democracia, es porque los ciudadanos de este país no han sabido observar, las enormes bondades del madrileño. Con las primarias del pasado domingo, lanzamos un claro mensaje desde los socialistas; España está equivocada, el partido no. Un poco pretencioso quizá, pero es que nuestras ideas son la leche y tarde o temprano la gente tiene que darse cuenta de ello.
Desde la derecha esto no hubiera pasado, es más, Sánchez ni hubiera tenido una segunda oportunidad, pero la izquierda nos sentimos superiores moralmente a todo ser viviente. ¿Qué no nos votan? Es que no nos entienden. Pobrecitos...
El político más guapo y con mejor percha del Estado, todavía no ha tenido tiempo de contestar las felicitaciones de los barones que le enseñaron la puerta de salida. Querían que Sánchez tomará una decisión dura, como era ordenar la abstención del PSOE en la investidura de Rajoy y evitar que unas terceras elecciones hundieran más al partido y dieran la oportunidad a la derecha, de sumar más diputados. Imperdonable. En cambio sí que ha tenido tiempo para mensajearse e incluso tener una conversación con Pablo Iglesias. Detalles sin importancia, va. Seguro que ha tenido alguna complicación con el teléfono. El rencor no forma parte de la personalidad del nuevamente secretario general.
La guerra en el PSOE ha terminado. Unos han ganado y cautivo desarmado el ejército susanista, en estado de shock, ha perdido estrepitosamente. El paseo en barca de Sánchez como secretario general va a ser considerable, por lo menos hasta las siguiente elecciones generales. Incluso desde los chicos de Boix aquí en Valencia, han lanzado un mensaje (de esos homogéneos que les gusta a ellos) que dice algo así; "Sánchez no te he votado, pero a partir de hoy eres mi secretario general y te quiero un huevo". De poco me saltan las lágrimas.
La moción puede esperar, el diputado que le prestamos a Rajoy para que apruebe sus presupuestos, cuestiones sin importancia, dar la espalda a Andalucía, casi el único territorio donde los socialistas siguen manteniendo porcentajes de partido de gobierno, tonterías. El hombre ha vuelto.