Tienda de estética especializada en barbas. EPDA Los años han hecho que una tradición tan arraigada en el colectivo masculino, como era la visita a la barbería,
se fuera perdiendo a lo largo de las décadas en el continente europeo,
mientras que otras poblaciones como Latino América o América del Norte
nunca han abandonado este tipo de cuidados. Al igual que todos los
aspectos que tienen que ver con la imagen de un persona, el uso de la
barba transmite información sobre un hombre y la forma en que la
presenta nos puede decir mucho sobre él.
En la antigüedad el uso de la barba era sinónimo de masculinidad,
virilidad y fuerza. Sin embargo, como cualquier moda, su uso fue
fraguando a partir de los años cincuenta y no ha sido hasta la llegada
del denominado fenómeno hipster que se ha vuelto a imponer como
tendencia en las calles de cualquier ciudad europea. Esta nueva
tendencia ha favorecido la especialización de algunas tiendas de
estética, como Productos de la Peluquería, en la venta de productos de barber shop, lo cual se presenta como una opción mucho más económica para el cuidado de la barba.
Sin embargo, las barberías no son una visita obligada y breve, los
barberos dedican mucho tiempo a lograr el objetivo deseado y convierten
este oficio en un autentico arte. El regreso de las barberías no se
trata de la imposición de una nueva tendencia o el retorno de una vieja
moda, supone la aparición de un nuevo espacio de ocio
para los clientes. Las nuevas barber shops, como las antiguas barberías,
son una zona de ocio en el que el hombre invierte en su imagen, pero
también en una breve desconexión de la rutina.
Los profesionales de este sector han apostado por este concepto de
ocio y han potenciado los servicios complementarios que ofrecen a sus
clientes. Además, los barberos investigan nuevas tendencias del extranjero
e inventan nuevos diseños. Sin embargo, y a pesar del gran número de
clientes que reciben este tipo de establecimientos, los barberos
españoles lamentan la prudencia de sus clientes frentes a nuevas modas
británicas o alemanas como peinados arriesgados o el uso de tintes de peluquería.
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