María José García. El Consell debería forzar
una reunión con el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para solucionar el
mal funcionamiento del Cercanías de Renfe en Castellón. De nada vale que Ximo
Puig se queje en rueda de prensa. Las demandas hay que hacerlas cara a cara. Es
la manera correcta y seria de actuar.
Diariamente, miles de
castellonenses de las comarcas del norte ven mermada su movilidad por el
déficit de inversión y de gestión en esta infraestructura. Ante tal agravio, el
presidente de la Generalitat ha advertido de que “o hay un plan concreto y
directo, y financiación adecuada para las Cercanías o tienen que ceder las
competencias”. Sin embargo, la cesión competencial no es un tema menor. Surgen
dudas que han de quedar despejadas antes de dar un paso de este calado: ¿Cuánto
cuesta el mantenimiento del servicio?, ¿Lo pagará íntegramente la Generalitat?,
¿Dispondrá del dinero suficiente?
Hemos de ser muy precavidos.
Una competencia implica no sólo una responsabilidad administrativa, sino
también presupuestaria. Hay que tenerlo todo bien atado antes de hacernos cargo
de estos trenes. Desde mi punto de vista, el Consell no ha hecho bien los deberes.
Así se desprende del hecho de que Puig anunciara en Les Corts hace más de un
año que iba a requerir las competencias del Cercanías y todo siga igual o peor.
Sinceramente, considero que
el problema se ha agravado porque, además, el Gobierno ya ha avisado que no va
a invertir este año los 45 millones euros estimados para conectar Castelló y
Vinaròs por Cercanías e incluso pide cofinanciar el proyecto con la Generalitat
Valenciana. Por lo tanto, parece que la solicitud de Puig ha fracasado. No le
han cedido la competencia y encima le reclaman dinero para una infraestructura estatal.
En Ciudadanos (Cs) queremos
mejorar la vida de los castellonenses. Es un calvario tener que estar pendiente
de llegar puntual al trabajo porque el servicio ferroviario va fatal, o no
llegar los estudiantes que transitan por esta línea a algún examen, o cualquier
persona que tenga que desplazarse por cualquier otro aspecto. No es justo. Llevan
años reivindicando, y con toda la razón, unos trenes que les permitan viajar
sin tantos quebraderos de cabeza.
Nosotros, como siempre,
defendemos el diálogo y los acuerdos. Creemos que el Ejecutivo autonómico ha de
negociar con el Estado una solución óptima para los ciudadanos y sensata para
Generalitat. Apostamos por definir concienzudamente las vías que encarrilen el
Cercanías, que lo saquen del caos actual. Hay que hacerlo entre todos, buscando
consensos y sin precipitarse. Trabajaremos en esta línea aunque no podemos
apoyar al Consell en la continua pataleta porque, lo hemos vuelto a comprobar, es
improductiva.
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