Francisco Adán y Albert Llueca. Francisco Adán
Ya
son fallas…bueno, desde hace una semana ¿no empiezan
antes cada año? En fin, son percepciones mías, supongo.
Las
fallas supone una de las expresiones más importantes de
la cultura y tradición valenciana y que todavía se mantienen
intactas del
pancatalanismo, éste ya se ha apropiado dels castellers y del
idioma que no es
poco. He de confesar que soy de los
valencianos que si pueden , utilizan estas fechas para huir de
Valencia, son días
muy buenos donde no hay un montón de personas haciendo lo
mismo que tú.
Las
fallas son monumentos donde se expresan las cosas malas que
azotan a la sociedad y en ninots se satirizan esos males para
luego prenderles
fuego, pero últimamente las fallas, como expresión también
escultórica, está siendo
muy surrealista donde es difícil averiguar qué se está
criticando y por si
fuera poco en algunas fallas ya se pueden
encontrar una clara tendencia política cuando la crítica y la
sátira ha de ser “erga
omnes”
Las
fallas supone además, tradición arraigada durante siglos
y la posibilidad de recuperar, año a año, trajes y folklore
valenciano y
disfrutar de ello y esto, aunque se pueda compaginar con la
fiesta, lo que no
puede ésta es eclipsar lo primero y eso es lo que, en cierto
modo, está ocurriendo.
Y
la apertura de las fallas al resto de personas que no
forman parte de la concreta falla es, también, un reto a tener
en cuenta. Pese a todas estas mejoras que
propongo, dando
por cierto que Albert, directamente hablará de las bondades,
creo que las
fallas supone un momento en el que los valencianos, hagamos lo
que hagamos,
tenemos que sentirnos orgullosos y sobre todo, disfrutemos de
estos días.
Albert Llueca
Els inicis de les
festes falleres a Sagunt se situen en 1926 quan dos amics,
Antonio Blasco Sant
Joan i Francesc Cervantes López, residents al Port de Sagunt
expressen el seu
desig de conèixer d’aprop el món de les falles i visiten
diversos tallers de la
capital del Túria. En una d’aqueixes visites es porten un
“olla i un bunyol”
que planten en el carrer i cremen el dia de Sant Josep. El
resultat: un grup de
veïns dels carrers Llibertat, Luis Cendoya i unes altres
s’agrupen i inicien el
que serà la comissió fallera que plantara la primera falla
saguntina.
La primera falla
es “plantà” al Port de Sagunt, en el carrer Poeta Llombart,
enfront de l’actual
número 52, gràcies a la tenacitat i treball d’Antonio
Blasco, Francisco
Cervantes, Àngel Xirivella, Bautista López, Antonio Pérez,
Àngel Gavarda, Pedro
J. Redàs, Pascual Gómez i Vicente Ramos. Es reunien a
l’eixida de fàbrica i
entre tots van construir els “ninots” amb els vestits cosits
per les dones. De
Francisco Cervantes eren les crítiques i els esbossos.
No hi ha que
pedre la perspectiva de la historia. Les Falles, actualment
declarades festa d’interès
turístic nacional, no són un element nou si no que han
marcat el que ser d’una
ciutat, una comarca i un País.
L’espai festiu de
la festa ens recorda com la vertebració cultural de la
nostra ciutat ha sigut,
adquirida voluntàriament o no, per les comissions falleres
les quals han
dinamitzat barris de tal manera de ser un fet diferencial en
si mateixa.
La festa de les
falles és una festa oberta i per a tots i totes, i en ella
ens trobem en la
clau de la cultura valenciana que és la festa al carrer, la
festa de llum, la
festa de colors i la festa de germanor.
Assumim que les
falles és una festa de tots i totes i que ningú ens les
intenten segrestar, els
colors polítics no han de fer canviar la festa, la festa de
les falles ha de
poder caminar sola.
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