Jaime García.
Hace poco el Gobierno Catalán decidió, contra
viento y marea, poner los cojones encima de la mesa y fijar fecha de consulta
sobre su independencia. Consulta que, todos sabéis, sólo puede ser autorizada
por el Estado (Const. 149, 1-32). El presidente Rajoy manifestó de inmediato
que no permitiría tal consulta, pues va en contra de nuestra Constitución
Española. Curiosamente se expresó así en presencia del señor Van Rampuy,
presidente de la Unión Europea, quien manifestó que una región que pretende independizarse
nunca será aceptada por la Unión Europea. El Partido Socialista ha secundado
las palabras del Presidente. Reconforta ver que los dos partidos mayoritarios
se unen en la defensa de la unidad de España. El Sr. Mas ignora que quien
siembra vientos recoge tempestades. E igualmente los medios informativos
catalanes, engordados con sabrosas subvenciones, acatan y difunden aquello que
conviene a Cataluña. Han vendido su dignidad por un plato de lentejas. La
misión de estos medios no es decir la verdad, sino que la verdad no se diga.
Cataluña es una autonomía que anda como pollo
sin cabeza. No quiere comprender la realidad de España, ni sus gobernantes
cumplir aquello que prometieron o juraron al ocupar sus cargos. Como preludio
a esta decisión convocan un simposium titulado“España contra Cataluña”. Tiene
enunciado boxístico. Pretenden manipular y abofetear nuestra historia, una
astracanada que raya en la injuria. Los españoles contemplamos atónitos esta
agresión a nuestra cultura. El vil manejo de la historia sólo se da bajo el
poder de los demagogos. Un pueblo libre nunca renuncia de su historia. Un pueblo
frustrado es capaza de reinventar su historia y enervar la fantasía de su
pueblo. J. F. Ravel nos dice que la primera de las fuerzas que dirigen el mundo
es la mentira. Hemos de pedir responsabilidad a estos políticos catalanes, y a
otros silentes, por su intento secesionista. A los catalanes, en general, les
digo que no serán esclavos porque haya un poder que los sometas, sólo serán
esclavos cuando conscientemente acepten dicha sumisión.
Estos días se oye hablar a los políticos de que
ya es hora de revisar y actualizar nuestra Constitución. Pregunto: ¿Para
qué?.. ¿Qué se pretende?... El PSOE se ha sacado un as de la manga, un bálsamo
de Fierabrás: el federalismo. Yo creo que teme que el Partido Socialista
Catalán pudiera titubear, dada la confusa y alterada situación catalana.
¿Piensan, acaso, que el federalismo sería la solución al independentismo?... Me
gustaría hablar ampliamente sobre el tema federal, pero el espacio no me lo
permite. Sólo cabe decirles un aspecto muy importante de ese régimenl. Me he
leído las Constituciones de Alemania y Estados Unidos, que gozan de este tipo
de régimen, y me ha llamado la atención, que tanto en una como en otra, el
federalismo impone un acuerdo perfecto con el Estado Central. Al fin y al cabo
los poderes de una región federada son poderes delegados del poder central. En
el Art. 72 de la Constitución Alemana se dice que “los länder tienen que mantener
la unidad jurídica y económica y que el fundamento del sistema federal
descansa en la supremacía y prevalencia del Estado”. En el Art. VI de la
Constitución de los Estados Unidos se nos dice que las leyes del Estado son la
suprema Ley de la Nación y que el derecho del Estado prima sobre el derecho de
los Estados Federados.
El Federalismo es un sistema de gobierno propio
de sociedades complejas y avanzadas que aceptan con honor las decisiones del
Estado. Creen y defienden a capa y espada la Unidad Nacional. Cualquiera que
tenga dos dedos de frente se dará cuenta que el régimen federalista no es la
solución del problema catalán, como algunos creen.
En Cataluña, y termino, no es la historia sino
la histeria quién labra su porvenir. No es la razón, sino un sentimiento
enfermizo que lucha por su futuro. Su nacionalismo es un insulto a la
inteligencia y a la libertad. Un grupo de iluminados conducen a Cataluña al
abismo. Tiene razón Karl Poper cuando nos dice que el nacionalismo es el
regreso a la tribu.
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