Visita a las obras del barranco de Puçol. EPDA Manuel
Aldeguer, director general del Agua, ha presidido la presentación
oficial del desvío de aguas de barranco Pascual al barranco del
Puig, una obra que comenzó a realizar la Generalitat Valenciana en
2008, se interrumpió debido a la crisis y, desde septiembre de 2015
se recuperó el proyecto, adaptándolo a las nuevas directrices
técnicas y el 6 de julio finalizaron las obras. Este desvío
permitirá evitar las inundaciones del barranco en el casco urbano de
Puçol y diseñar proyectos que permitan su aprovechamiento por parte
los vecinos de la población.
El
secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià
Álvaro, la alcaldesa
Lola Sánchez, concejales y técnicos municipales han asistido a la
presentación del nuevo cauce de 600 metros de longitud que une el
barranco Pascual con el del Puig, la última etapa de un proyecto que
también ha canalizado 1.500 metros de barranco en el polígono
industrial Campo Aníbal y, por último, ha supuesto ampliar el cauce
del barranco del Puig en los últimos 4.000 metros, hasta su
desembocadura en el Mediterráneo, para poder acoger el caudal
conjunto de ambos barrancos.
“El
barranco recorre el casco urbano de Puçol de sur a norte, paralelo a
la antigua carretera de Barcelona, hasta que se desvía hacia el este
en la zona del Vallet y apenas unos metros más allá, en el Camí
Fondo, el barranco se estrecha y prácticamente desaparece. Al no
poder absorber en el tramo final las grandes avenidas de agua, éstas
vuelven por el cauce hacia atrás y se han llegado a producir
inundaciones en épocas de gota fría”,
explica Lola Sánchez.
Dado
que es imposible ampliar el barranco dentro del casco urbano, la
solución para evitar avenidas de agua que puedan provocar
inundaciones está en el desvío del agua que baja por el barranco
Pascual hacia el del Puig.
Para
llevarlo a cabo, se ha dividido el proyecto en tres partes: primero,
la canalización del barranco Pascual en el término de Puçol, en el
tramo que incluye el polígono Campo Aníbal y la rotonda sobre la
antigua carretera de Barcelona; precisamente en la rotonda sobre la
carretera se ha realizado el desvío de aguas con dirección sureste,
hacia el barranco del Puig, mediante la construcción de un tramo de
barranco nuevo, de 600 metros de longitud; finalmente, en los últimos
cuatro kilómetros del barranco del Puig se ha ampliado y consolidado
el cauce, adaptándolo para una capacidad de desagüe de más de 250
metros cúbicos por segundo.
“Y
aquí han surgido algunos problemas técnicos, ya que los antiguos
puentes sobre el barranco del Puig hacían de efecto embudo e
impedían una capacidad de desagüe tan amplia”, apunta la concejal
de Urbanismo, Ana Gómez. “Por ello ha habido que ampliar el puente
sobre la autovía V-21 y el del camí del Puig, además de adecuar al
nuevo cauce del de la antigua vía Xurra y, paralelamente, ha habido
que construir dos nuevos puentes, uno junto a la playa y otro en el
camí Fernando”.
Aunque
costosas, las actuaciones sobre los puentes existentes no han sido
las que más tiempo han necesitado, ya que el nuevo barranco ha
tenido que solucionar dos problemas técnicos más complejos: el
cruce con la acequia de Montcada (que finalmente se ha realizado bajo
el trazado actual de la acequia) y la intersección con el gaseoducto
(cuyo nuevo trazado pasa bajo el barranco).
Como
ha explicado José Vicente
Agustí, director de la
obra desde la Consellería, “al proyecto original ha habido que
añadir algunas actuaciones, como la eliminación de las pirámides
que solicitó la Dirección General de Costas en la playa, dado que
su función ahora se efectúa mediante una barrera de arena que sólo
es superada por el agua del cauce cuando éste crece más de
cincuenta centímetros y la aplicación de criterios mediambientales
para el cauce, en el que se ha respetado el terreno natural aplicando
una cubierta de geoceldas llenas de tierra vegetal para conseguir una
vegetación permanente”.
Una
actuación que ha supuesto una inversión final de 18.325.000
euros.
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