Todo
arrancó el 20 de diciembre en el pleno convocado para aprobar los
presupuestos. El equipo de gobierno tenía mayoría y, hasta dos días
antes, nada hacía pensar que pudiera ocurrir lo contrario. Pero todo se
precipitó con la sentencia del Supremo que obliga a Godella a pagar casi
tres millones de euros por la expropiación forzosa de una parcela
contemplada en la reforma del PGOU de 1991. Canviem entre Tots, socio de
Compromís y PSPV y Esquerra Unida en el ejecutivo local, pidió retrasar
la aprobación de las cuentas para adecuarlas al fallo del alto
tribunal. Pese a las explicaciones de Sanchis y el resto del equipo de
que no hacía falta, ya que "el proceso es largo y no se puede paralizar
el pueblo hasta que no estén agotadas todas las vías" las dos regidoras
de la marca municipal de Podemos votaron en contra de los presupuestos,
ocasionando la pérdida de la votación y su expulsión del ejecutivo.
El ahora tripartito no tenía intención de prorrogar las cuentas
porque "encorsetaban su labor de gobierno", de ahí que volvieran a la
carga y programaran otro pleno extraordinario para el 11 de enero, pero
con una novedad: la aprobación de presupuestos se condicionaba a una
moción de confianza a la alcaldesa.
La sesión, vistos los antecedentes, tenía un panorama negro para el
equipo de gobierno, en minoría con el paso de Canviem a la bancada de la
oposición. Al arrancar el pleno, Eva Sanchis anunció la ausencia por
enfermedad de uno de los dos ediles de Ciudadanos, para el que deseaba
una pronta recuperación. De este modo se evitó el segundo punto del
orden del día en el que se planteaba la moción de confianza a la
alcaldesa que, de no ser superada, hubiera dado un mes a la oposición
para proponer un alcalde alternativo. El equipo de gobierno confiaba en
que, si se llegaba a este extremo, no se hubiera conseguido el consenso
necesario para desbancar al tripartito y, de forma automática, hubiera
quedado aprobado igualmente el presupuesto. Pero no fue necesario.
Tanto el PP, C's como Canviem criticaron durante su turno de
intervención los presupuestos que volvía a llevar a pleno el tripartito
porque "no cubren las necesidades ni las expectativas de la ciudadanía", "no incluyen partidas para infraestructuras" y tampoco "han sido fruto
del consenso", pese a que la alcaldesa destacó que tras perder la
votación de diciembre habían mantenido contactos con los grupos.
En el momento de la votación se produjo un empate a ocho entre
gobierno y oposición, tanto en primera como en segunda ronda, y fue el
voto de calidad de la alcaldesa la que decantó la balanza y permitió
aprobar los presupuestos. C's quiso "aclarar" que la ausencia de su
concejal fue por "motivos de salud" y que la formación "se pronunció
rotundamente en contra de las cuentas".