Jaume Hurtado Dada
la inutilidad de los representantes valencianos en Madrid, tanto en
las cámaras como en las sedes centrales de sus partidos o socios,
para hallar un trarto igualitario para el pueblo valenciano en los
Presupuestos Generales del Estado en materia de inversiones, así
como en lo que respecta a la financiación que pertañe a nuestra
autonomía, me veo en la obligación de dirigirme a la opinión
pública, mediante el presente comunicado.
El
PNV negocia y hace útil su acción política en el Congreso de los
Diputados, para rebajar, entre otras cosas, la tarifa eléctrica para
empresas vascas o hacer efectiva una mejora de la economía
autonómica en 1.500 millones de euros. Negocia con el Ejecutivo de
Mariano Rajoy y son útiles a su tierra. Cuando el Presidente del
Gobierno necesita al PNV, deja de estigmatizarse en Madrid al
nacionalismo vasco y deja de tacharlos de radicales y, en cambio, se
les considera moderados y razonables para aportar estabilidad.
En
el otro lado de la moneda, Isabel Bonig es invisible para Rajoy, no
obtiene más que ninguneo. El Ministerio de Fomento no plantea
inversiones para las infraestructuras básicas que necesita nuestra
tierra y Isabel Bonig no tiene ninguna fuerza real, a pesar de los
diputados valencianos del PP en Madrid.
Igualmente,
Compromis y Joan Baldovi es una simple comparsa de Podemos, para ser
el ala valenciana de un partido madrileño de izquierdas, en lugar de
ser un partido valenciano. Solo llaman la atención preguntando sobre
una posible apocalipsis zombie.
Desde
aquí y en nombre de mi partido insto a todos y cada uno de nuestros
representantes en Madrid, así como fuera de las fronteras del Estado
español, a defender, de una vez por todas, los intereses de sus
electores, es decir, de nuestros vecinos, que encuentran el silencio
institucional y el mayor de los desprecios entre sus propios
políticos. Basta ya de conformismos a cambio de escaños.
Necesitamos remar y avanzar todos a una, para superar la grave
situación a la que nos someten desde las instituciones del Estado y
las sedes centrales de los partidos, ubicadas en Madrid y Barcelona.
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