Twitter ardía la noche del
sábado, pero no solo la famosa red social del pajarito si no muchos
espectadores desde nuestras casas e incluso los invitados a la propia ceremonia
de entrega de los premios del cine español (apoteósica y digna de un buen gif
la cara de Maribel Verdú ante los chistes sin gracia de Ernesto Sevilla).
La elección de estos dos
cómicos, qué duda cabe, ha sido la peor elección posible para una ceremonia
como esta. De hecho, echando la vista atrás posiblemente hayan sido los peores
presentadores de la historia de los Goya desde que la presentación de estos
premios corre a cargo de cómicos o actores con un perfil más de comedia, más al
estilo de los Oscar y Globo de Oro, que aquí copiamos todo.
Echamos mucho de menos a
Andreu Buenafuente, a Carmen Machi o a Rosa María Sardá como anfitriones. E
incluso a Dani Rovira, digno presentador de los últimos premios. El actor
andaluz pese a no ser presentador supo darle vida y chispa a una gala que este
año ha resultado cuanto menos soporífera. El error es confiar en dos cómicos a
los que la gala les vino grande.
Su humor es muy minoritario
y no es propio de un evento como los Goya. Joaquín Reyes estuvo algo más
acertado pero los speechs de Sevilla fueron peor que un Valium. La prueba está
que a los 30 minutos de tostón de gala salió Cristina Castaño y consiguió
despertarnos a los que empezábamos a pegar cabezazos, pero duró poco. Incluso
las apariciones de Paquita Salas o La Terremoto de Alcorcón tuvieron más ritmo
que la de los cómicos que llegaron incluso a hacer algún comentario de mal
gusto y sketches de auténtica vergüenza ajena (como aquel donde se tocaban la
cara). Vergonzoso.
La entrega de premios fue
más o menos rápida, ¡menos mal! Y terminó a una hora decente aunque los Goya se
pasaron de feministas. Para nada está mal reclamar mayor visibilidad del papel
de la mujer en el cine español pero hubo comentarios que ya rozaban lo
surrealista.
Pepa Charro en su intervención
comentó algo así como que “la mujer ya está empezando a estudiar cine, guión…”
¿desde cuándo se ha prohibido estudiar cine a una mujer? ¿si habían más hombres
nominados es porque quizás éstos han hecho mejores trabajos? No es machismo en
absoluto, es que hay que juzgar el trabajo, la pieza… y dejar el sexo a un
lado. El feminismo forzado que se destiló la noche de los Goya rozó, en
ocasiones, el esperpento. Acertado Arturo Valls que reclamó más hablar de cine.
Totalmente a favor.
La 32 Gala de los Goya puso
en evidencia otro serio problema del cine español: la falta de publicidad o
comunicación. No es posible que la considerada como una de las mejores películas
españolas del año… no la conociera absolutamente nadie y haya pasado sin pena
ni gloria por la cartelera. Nadie conocía Handia.
Si es tan buena y se merece
tantos premios y elogios marcando incluso un récord en premios tras Mar Adentro
y Ay Carmela, ¿cómo es que poca gente conocía de de su existencia? O la distribuidora
no quiso o no pudo invertir en publicidad o el problema es de TVE, que
financiaba la película, por no apoyarla más si encima se trataba de una supuesta
obra maestra.
Por lo demás, una Soy una
Pringada que no pintaba nada en los Goya, la supuesta influencer Dulceida como
la peor vestida de la noche con las cortinas de su salón como vestido y que
pintaba aún menos, el ninguneo injusto a La Llamada y el robo histórico del
Goya a Mejor Actriz Secundaria a Belén Cuesta, el sobrevalorado triunfo de una
cinta como La Librería… y en definitiva, una gala para olvidar.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia