LA UNIÓ de Llauradors
muestra su preocupación por los efectos que el veto ruso puede ocasionar en
unas 22.000 toneladas de fruta de verano (melocotón, nectarina, albaricoque y
ciruelo) de la Comunitat Valenciana que se exportaron en 2014 a ese mercado por
un valor de casi 23 millones de euros y que ahora no lo harán.
Cabe señalar que la
pasada campaña el inicio del veto ruso a las exportaciones agroalimentarias de
la Unión Europea coincidió con que nuestra campaña estaba prácticamente
finalizada y por tanto apenas tuvo influencia. Para la campaña actual, y sin
variar sustancialmente las circunstancias del veto, existe una enorme
preocupación entre los productores de fruta de verano que además no cuentan con
ayudas de la PAC.
Las exportaciones de
fruta de verano a Rusia procedentes de la Comunitat Valenciana representaron en
2014 el 14% del total. En el transcurso de los últimos tres años (2012, 2013,
2014) los envíos de fruta de verano al mercado ruso representaron para la
Comunitat Valenciana un volumen de 67 millones de kilogramos, el 16% del
conjunto exportado, y unos ingresos económicos de 73 millones de euros, el 15%
del volumen económico exportado. A juicio de LA UNIÓ el problema no es ya
únicamente que dejaremos de tener asegurada la exportación de ese importante
contingente de fruta sino que además se podrían saturar otros mercados, lo que
podría repercutir negativamente en los precios para los productores.
LA UNIÓ indica que nos
encontramos en una situación muy complicada que requiere unas indemnizaciones
adecuadas antes las pérdidas que se van a originar. En los reglamentos de la
Unión Europea se contemplan en estos momentos ayudas para la retirada de
cítricos –que ya han consumido su cupo de retiradas-, hortalizas o peras y no se
plantean medidas específicas para la fruta de verano que inicia ahora su
campaña de exportación. “No es lógico que haya
discriminación entre los productores de diferentes cultivos y que además
el agricultor de la Comunitat Valenciana pague las consecuencias
de lo anterior sin tener culpa de una situación que han generado los políticos”, señala Ramón Mampel, secretario general de LA UNIÓ de Llauradors.
Así mismo las medidas
de retirada establecidas hasta la fecha para compensar el veto ruso no han
servido mejorar la renta del agricultor sino la cuenta de resultados de las
empresas que han retirado el producto, ya que la compensación ha sido tan baja
que no ha llegado al productor.
Esta organización
agraria afirma que la Comisión Europea no ha hecho nada durante el último año
para lograr abrir el mercado ruso y se pregunta por qué no se ha denunciado el
veto ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) “Hemos perdido un año sin
tener ninguna solución efectiva para los productores”, dice Mampel.
En este sentido LA
UNIÓ, a través de su organización estatal Unión de Uniones, ha pedido una
reunión con la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea para
analizar la situación del veto ruso con objeto de establecer mecanismos
compensatorios más ágiles, más útiles para la estabilización de los mercados y
más beneficiosos para los productores y las entidades asociativas que retiran
el producto.
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