Digitalización, robótica integrada en sistemas ciberfísicos
que combinan maquinaria física y tangible con procesos digitales; big data
& analytics, realidad aumentada, inteligencia artificial, biotecnología, drones,
internet
de la cosas, cloud computing…son
aplicaciones tecnológicas que están implantando las empresas y la industria en
la Comunidad Valenciana y que hasta el momento nos posicionan como líderes en tecnología
4.0.
Esta transformación radical y digital de los sistemas de
producción, de distribución y de consumo de bienes y servicios en todos los
sectores, -que serán capaces de adoptar decisiones descentralizadas y de
cooperar entre ellos-, generará lo que se ha dado en llamar un nuevo tipo de
economía que funcionará en tiempo real. Un modelo en el que los procesos de
negocio y cadenas de valor están totalmente digitalizados y conectados lo que
implica que acelerarán sus procesos y mejorarán la capacidad de respuesta,
eficacia y rentabilidad. Pero ¿es así?
El Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación de la
Comunidad Valenciana, la Universidad Politécnica de Valencia y la Generalitat
Valenciana organizan la jornada de la 19ª Noche de las Telecomunicaciones
Valencianas que debatirá esta cuestión, "La
revolución tecnológica y el modelo económico 4.0", en una mesa redonda
con los principales impulsores de esta transformación.
Hasta el momento en la Comunidad Valenciana la revolución
tecnológica está implantada en tres sectores: industria,
turismo y servicios administración pública donde se evidencian cambios.
En
industria, las experiencias de la planta de Ford en Almussafes con la
implantación de robots que trabajan codo con codo con los empleados o wearables
para revisar vehículos mejorando su productividad y han conseguido reducir los
fallos humanos en un 7%. Otro ejemplo es Femeval que en colaboración
con los institutos tecnológicos Aidimme (metal, madera, embalaje y afines) y el
ITE (energía), Industria Conectada VLC 4.0, han impulsado un plan de transformación
digital para 5.000 empresas metalmecánicas.
Esa transformación digital de la industria, que coloca en posición
líder a la Comunidad Valenciana según un informe de Siemens, beneficiará a la
productividad, que puede aumentar entre un 20-30% y a los costes, que se reducirán
entre un 10-20% gracias al incremento de la eficiencia en los procesos y en la
toma de decisiones.
Datos que mejorarán también los resultados de ingresos medios
anuales de las empresas en los próximos cinco años, por un mejor conocimiento
del cliente que permite adaptar la oferta y crear productos de más valor. Y
conllevará una transformación laboral que empieza a verse en los sectores de servicios y turismo, con el impulso al ecosistema emprendedor y de startups
que se ha dado en la Comunitat Valenciana.
Según un estudio de la Universidad de València, desde la creación de la
primera aceleradora de empresas en 2010 y hasta 2015 se han creado casi 200
startups, que han generado 730 empleos y con un volumen de negocio superior a
los 19 millones de euros.
Por su parte, el turismo se posiciona como uno de los más activos en la
implantación de los nuevos modelos de negocio y tecnologías innovadoras. El sector, que ya genera el 13,3% del PIB de
la Comunitat, está trabajando para que la aplicación de las nuevas tecnologías,
como el cloud computing, el internet de las cosas, el 5G, la realidad virtual o
el Big Data, les ayude a mantener su posición de liderazgo.
Por último, la administración valenciana está realizando grandes avances en
su digitalización. El aumento en el uso de la firma electrónica, de la
tramitación electrónica de los expedientes, de la carpeta ciudadanas o de las
entradas por registro electrónico es un ejemplo de ello. Por su parte, el
Ayuntamiento de Valencia ha puesto en marcha la iniciativa Impulso VLCi
(Valencia Ciudad Inteligente), que cuenta con un presupuesto de seis millones
de euros y que tiene como objetivo avanzar hacia una economía del conocimiento
y una gestión inteligente.
A ello se suma la apuesta de la Autoridad Portuaria de Valencia para
implantar esta revolución tecnológica para aportar mayor valor añadido a sus
servicios y conseguir una mayor eficiencia y fiabilidad en las operaciones, lo
que se traduce también una reducción de los costes portuarios.
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