Juan Vicente Pérez Aras La familia es una institución en crisis, sin duda, porque nuestra sociedad está en crisis”. Así de contundente empezaba el recientemente presentado Informe sobre la Evolución de la Familia en Europa 2018, por el Instituto de Política Familiar. Todo un aviso que pone el acento en la necesidad y urgencia de fortalecer la institución familiar. Porque la Familia es la clave de bóveda de nuestra sociedad, queramos o no. Un elemento sustancial con unas funciones sociales que solo ella puede cumplir como se ha demostrado una y otra vez: la transmisión de la vida, como garantía de futuro; la educación y la integración social, prioritarias para el futuro de la sociedad; la prevención de la salud personal y social, medicina efectiva para amortiguar los efectos de las crisis; o el cuidado de nuestros mayores y pequeños, generando una imprescindible solidaridad intergeneracional.
El Informe constata que la natalidad no sólo ha caído a niveles dramáticos, sino que se está agravando aún más, gracias a las políticas que penalizan la vida por mor de una falsa progresía. De ahí esa contundente frase del citado Informe, “un continente sin hijos es, sin duda, un continente sin futuro”. Europa en general y nosotros en particular nos enfrentamos a un grave problema como sociedad, puesto que, cada vez se celebran menos matrimonios y la ruptura familiar crece exponencialmente (1 millón de divorcios anuales) y con los hogares vaciándose (7 de cada 10 hogares europeos no tienen ningún niño). La sociedad se desestructura, los individuos ya no se interrelacionan, nuestro modelo ancestral de convivencia se desmorona y sus consecuencias son alarmantes. Solo hay que ver a nuestro alrededor.
Las luces rojas del invierno demográfico en Europa (la población europea ha tenido un incremento de 60 millones de personas desde 1975, a causa fundamentalmente de la inmigración) ponen de relieve que ya hoy es un continente viejo (las personas mayores de 65 años ya superan en más de 18 millones a los jóvenes menores de 15 años, y la población mayor de 80 años alcanza los 25 millones de personas, y representa ya el 5,1% de la población). Además, la natalidad sigue en estado crítico. Cada vez nacen menos niños (1,5 millones nacimientos menos que hace 40 años) y, además hay un millón abortos anuales, que lo convierte -junto al cáncer- en la principal causa de mortalidad en Europa. El informe señala que es urgente cambiar y reforzar las políticas familiares que vienen desarrollando las distintas administraciones de los Estados de la Unión, de manera que se basen en la perspectiva de familia, para facilitar el cumplimiento correcto de sus funciones.
De ahí que estos PGE para 2018 apuesten por esa defensa de la Institución Familiar. El Partido Popular refuerza su apoyo y su compromiso con un pilar fundamental de la sociedad con la mejora de la deducción por maternidad hasta los 1000 €/año, cuando se soporten gastos por la custodia del hijo menor de tres años en guarderías o centros educativos autorizados. Con la mejora de las deducciones por cónyuge con discapacidad a cargo o por familia numerosa. Apoyando la natalidad, aumentando a 600 € la deducción por cada hijo que supere el mínimo establecido para las familias numerosas. O la ayuda de guardería de niños entre 0-3 años, con una deducción de hasta 1000 €/año para madres trabajadoras. Extendiendo el permiso de paternidad hasta las cinco semanas, o las medidas aprobadas en favor de la conciliación.
Frente a aquellos que buscan desdibujar el papel de la familia y sustituirla por el Estado, la sociedad debe mantenerse firme en defensa de una Institución imprescindible para seguir evolucionando como una verdadera sociedad cosmopolita.
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