Un momento de la acción. Más
de 70 voluntarios de la Fundación Aguas de Valencia así como de
diversas asociaciones y entidades de Paterna, La Cañada…, en
colaboración con la Fundación Limne, han repoblado durante este fin
de semana la ribera del Turia con 150
ejemplares
de diversas especies vegetales.
Concretamente,
las especies con las que se ha repoblado la zona de custodia que la
Fundación Aguas de Valencia está recuperando han sido:
Salix
eleagnos,
Salix
purpurea
y Nerium
oleander,
especies arbustivas propias del bosque de ribera mediterráneo.
Esta
iniciativa mensual integrada en el proyecto iniciado hace cuatro años
por la Fundación Aguas de Valencia, tiene como objetivo recuperar y
restaurar el ecosistema natural de la ribera del río Turia. Para
ello, tanto los voluntarios de ambas fundaciones como vecinos y
colectivos de la zona llevan a cabo diversas actividades, a lo largo
del año, que contribuyen a la mejora de la biodiversidad de la zona
así como al conocimiento y sensibilidad social hacia este entorno.
Especies
amenazadas del Turia
Recientemente,
los voluntarios de la Fundación Aguas de Valencia, con el debido
asesoramiento de los técnicos de la Fundación Limne, llevaron a
cabo la plantación de diferentes especies amenazadas, contribuyendo
así a incrementar el valor ambiental del parque natural.
Una
de las dos especies que los voluntarios pudieron devolver al parque
del Turia fue la Kosteletzkya pentacarpos, incluida en
el Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenazada estaba como
VULNERABLE en el Decreto de DECRETO
70/2009, de 22 de mayo, del Consell, por el que se crea y regula el
Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenazadas y se regulan
medidas adicionales de conservación.
Su
distribución general es dispersa y con importantes disyunciones,
podría relacionarse con el patrón característico de un
paleoendemismo, cuyas mejores poblaciones actuales se localizan en el
entorno del Mar Negro.
La
población valenciana es actualmente la más importante de todo el
Mediterráneo Occidental. Estaba relegada a escasos enclaves con
pocos individuos (principalmente Albufera de Valencia y río Xeraco)
que, favorecidos por la eutrofización de las aguas, fueron
experimentando una rápida expansión. Esta expansión se ha visto
complementada los últimos años con diversas actuaciones de
conservación de la Conselleria, que han creado poblaciones
experimentales en diversas microreservas de flora. La actuación
llevada a cabo en el Turia, con ejemplares procedentes del Centro de
Conservación de Especies Dulceacuícolas de la Comunitat Valenciana,
viene a generar un nuevo reservorio para esta rareza botánica.
La
otra especie amenazada con la que se repobló fue el cárice (Carex
elata),
una planta muy rara y escasa, afectada por la desaparición de
hábitats propicios: márgenes de ríos, lagunas, balsas, acequias y
otros ambientes encharcados. En la Comunitat Valenciana sólo se
encuentran ejemplares en la provincia de Valencia, encontrando
poblaciones mejor conservadas en espacios como los marjales de
Tavernes de la Valldigna, Xeresa y Gandia.
Complementariamente,
a lo largo de los últimos meses, se han realizado diversas
actividades (seguimiento de tortugas autóctonas, análisis de la
calidad del agua, estudio de las poblaciones de murciélagos…) que
contribuyen a que los ciudadanos conozcan y aprecien este enclave
natural.
Compromiso
con el medio valenciano
La
Fundación Aguas de Valencia inició este proyecto en 2013, en el
tramo de río anexo a la Estación de Tratamiento de Agua Potable
(ETAP) de la presa de Manises, en el que algunas zonas adolecían de
una alta densidad de cañaveral. Esta especie, la caña americana
Arundo donax
está considerada, según la Unión Internacional de Conservación de
la Naturaleza (UICN), como una de las 100 especies invasoras más
peligrosas y nocivas a escala mundial por su capacidad de
desplazamiento de la vegetación autóctona.
Entre
los efectos que provoca su alta densidad destacan: la competencia y
reducción de las especies autóctonas, una mayor evapotranspiración
o el aumento del riesgo de inundación en episodios de lluvia
torrencial, ya que es fácilmente arrancada y tapona los ojos de los
puentes y otras infraestructuras. En este sentido, las especies
invasoras son uno de los principales peligros para la biodiversidad,
al provocar la desaparición de las plantas y animales propios de
cada región y modificar profundamente los ecosistemas típicamente
mediterráneos.
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