Festeros en el árbol navideño. EPDA
La madrugada
del pasado viernes, centenares de personas se congregaron para iniciar una de
las tradiciones más representativas y multitudinarias de la ciudad, el canto de
la Aurora. Un
acto que reúne cada año a todo el tejido asociativo y festivo de la ciudad,
cofrades y vecinos del municipio para cantar coplas, que son entonadas por un
“rubiador”.
La Cofradía de la Virgen del Rosario y San
Luis Gonzanga junto a los clavarios trabajan cada año por mantener viva esta
tradición que se inicia cada 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción,
y finaliza el día 6 de enero, día de la Epifanía del Señor. El recorrido que los fieles
realizaron el pasado viernes, antes de llegar a las puertas del consistorio,
fueron la Casa
de la Cultura,
Junta Local Fallera, parroquia de la Asunción, parroquia del Buen Consejo, La Ermita, el colegio la Purísima y la parroquia
de Monte-Sión.
A las
puertas del consistorio los participantes en este acto religioso pudieron
disfrutar de un desayuno, en el que estuvo presente en el acto el alcalde Jesús
Ros acompañado por integrantes de la corporación municipal.
Siguiendo
con la festividad de la Inmaculada Concepción, el mismo viernes por la mañana
las clavariesas se reunieron en la parroquia de la Asunción para celebrar una
misa en su honor y luego procesionaron por los alrededores del templo.
Por la
tarde, Torrent daba la bienvenida a la Navidad con el encendido del Belén y el castillo
en la Casa de la Cultura. Como
colofón de la festividad de la
Inmaculada, la clavariesa mayor, Pilar Martínez Puchades,
participó también en el acto de entrada a la Navidad, siendo la encargada de encender por
primera vez un espectáculo de luces y sonido en el Ficus de Obispo Benlloch, que fue decorado las semanas anteriores
por los alumnos de los colegios La
Purísima y San Pascual.
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