Azaña junto a su mujer en La Pobleta “En este campo, silencio absoluto, sol mediterráneo, olor a flores. Parece que no ocurre nada en el mundo”. Así describía Manuel Azaña, presidente de la República, en su Cuaderno de La Pobleta, el ambiente que se respiraba en la Serra Calderona, desde su finca de La Pobleta en el término municipal de Serra, donde residió cuando en 1937 trasladó el gobierno del país a Valencia.
La casa está oculta entre la frondosidad del parque natural, muy cercana a la Cartuja de Porta Coeli. Lo primero que se divisa cuando uno se acerca a la zona, es un pozo de agua. El camino es tortuoso, sin asfaltar y la entrada principal de la finca, nada hace presagiar que al final de la senda encontramos la casa en la que, en 1937, Azaña escribió uno de los pasajes más importantes de la historia reciente de España.
Actualmente, La Pobleta pertenece a la familia Noguera, uno de los clanes más adinerados de Valencia y que conserva la casa como una fortaleza inexpugnable. No quieren saber nada de la prensa, ni les interesa. De hecho, una de las partes de la casa, está cedida a los cartujos de Porta Coeli y todo apunta a que la mayoría de sus propietarios, tienen la intención de hacer lo mismo.
Visitas secretas
Policarp Garay, cronista oficial de Serra, se entristece cuando habla del tema. “Me gustaría que fuese un lugar público que poder visitar. De hecho, el Ayuntamiento de Serra lleva mucho tiempo intentando adquirir la casa para convertirla en un centro de estudios, pero de momento no ha podido ser. Es una muy buena iniciativa porque sería muy positivo para la localidad. Pero está costando”, afirma Garay.
El cronista es uno de los pocos afortunados que ha podido visitar la residencia. Garay cuenta que se produjo porque un amigo, de un amigo, de un amigo conocía a uno de los dueños y este aceptó enseñar la casa a un grupo muy reducido de personas. "Fue todo muy discreto y muy íntimo y la visita fue como viajar en el tiempo porque sus dueños siguen conservando muchos objetos de aquella época”, recuerda el técnico.
En esta descripción coincide con Vicente Diago, director del parque de la Serra Calderona y que acompañó a Garay en aquella visita. “Fue como un déjà vu, ya que todo estaba como como cuando Azaña vivió en esa casa. No se había tocado nada desde 1937. Estaba pisando uno de los escenarios más importantes de nuestra historia reciente”, afirma Diago.
El responsable del parque natural no puede evitar emocionarse cuando repasa los detalles de aquella trade que se produjo hace casi una década. Diago describe que la finca “es una casa de campo muy bien cuidada. A pesar de que sus dueños no van mucho, sí se notaba que intentaban conservarla muy bien".
Los muebles de la época parecían nuevos. Incluso vimos la mesa en la que Azaña y su gobierno celebraba el consejo de ministros. Cada vez que me acuerdo de todo aquello se me pone la piel de gallina por la emoción”. añade el responsable de la Calderona.
Personajes ilustres
Desde Madrid, Isabelo Herreros preside la Asociación Manuel Azaña que es la encargada, según su página web, de divulgar la vida y obra del presidente de la República. Herreros cuenta que uno de los responsables de la elección de La Pobleta para que Azaña residiese en ella, fue el político José Giral y que con él vivirían su mujer, toda su secretaría, su personal de seguridad, parte del batallón presidencial, un cocinero, su cuñado Manuel Rivas, su médico personal y la viuda de un sobrino suyo.
El presidente de la AMA enumera algunos de los personajes importantes que pasaron por la finca como el presidente del gobierno, Juan Negrín y que residía en Náquera. Negrín acudía a despachar con Azaña a última hora de la tarde. Indalecio Prieto, el entonces ministro de Defensa, era otro de los habituales en esa casa o Julio Basteiro, que a su regreso de la coronación de Jorge VI de Inglaterra, acudió a Serra para contarle a Azaña los resultados de sus reuniones con Anthony Eden, Ministro de Exteriores británico y Léon Blum, primer ministro francés y que fueron organizadas por el embajador Pablo de Azcárate.
Herreros es un gran conocedor del carácter de Azaña y asegura que “era un hombre muy educado y reservado. Deduzco que no debió salir mucho de La Pobleta porque no quería molestar. Prefería quedarse en casa escribiendo y leyendo, de hecho fue allí donde él termina de corregir y revisar ‘Velada en Benicarló’”.
Manuel Azaña vivió en Serra hasta la firma del decreto de trasladar el gobierno de ciudad. “Nos iremos a Barcelona dentro de dos o tres días... suponiendo que mi residencia esté disponible. Cambio de decoración, creo que para el último acto. ¿Estará escrito que esta tragedia se desenlace en Barcelona?”.
Estas son las últimas líneas que escribió Azaña en La Pobleta quien hizo que Serra pasara a ser la ciudad más importante del gobierno en la España de la II República
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