Joyas requisadas por la Policía Nacional. EPDA Agentes
de la Policía Nacional han detenido ayer en Gandía a una madre y su
hijo de 62 y 32 años, respectivamente, como presuntos autores de un
delito grave de hurto. La ahora arrestada aprovechó su condición de
limpiadora para hurtar en tres domicilios. Los detenidos realizaron
ventas de las alhajas ocasionando un perjuicio de 40.000 euros a las
víctimas. Las familias no se percataron de las sustracciones hasta
que fueron informadas por la policía.
Las investigaciones se
iniciaron al detectar los policías una serie de venta de joyas, en
las que no parecían encajar los datos de la inscripción de un
colgante de oro con la persona que la había vendido. Los policías
averiguaron que la persona que había vendido la placa había
realizado numerosas ventas de lotes de joyas en varios
establecimientos de compraventa de oro. Los agentes detectaron que la
mujer junto a su hijo había realizado numerosas ventas de joyas,
obteniendo 40.000 euros.
Los policías lograron
averiguar la identidad de las propietarias de las alahajas, y que
ninguna de ellas había denunciado la pérdida o robo de las joyas,
descubriendo entonces que la sospechosa tenía acceso a los
domicilios ya que realizaba labores de limpieza.
Los policías tras
localizar a los sospechosos y tras las averiguaciones pertinentes,
los detuvieron como presuntos autores de un delito grave de hurto.
Realizaron un registro domiciliario donde los agentes intervinieron
joyas y bisutería de las víctimas valoradas en 2.000 euros, que
tras las comprobaciones oportunas fueron entregadas a sus legítimos
propietarios.
Una de las familias
perjudicadas contó que la madre sí había detectado la falta de
parte de sus joyas, y le había preguntado a la ahora detenida y
negando saber el paradero de éstas, llegando a no creer a la mujer
como consecuencia de un ictus que había sufrido, averiguando
entonces, que estaba en lo cierto.
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