Agentes
de la Policía Nacional
han detenido en Valencia a diez personas dedicadas a robar en
viviendas de lujo de empresarios. Los arrestados
contaban con la connivencia de un empresario italiano que les
facilitaba la información necesaria sobre posibles objetivos. Tras
vigilar a las personas seleccionadas realizaban un análisis de su
rutina diaria, anotando las horas de entrada y salida, los vehículos
que utilizaban y sus lugares de trabajo. Perpetraban los asaltos una
vez comprobadas las medidas de seguridad de acceso a la finca y de la
puerta del domicilio y sustraían dinero en efectivo, relojes y joyas
de alto valor y complementos de marcas exclusivas. Después, se
deshacían rápidamente de los efectos robados a través de una
familia croata que se encargaba de la receptación. Se les imputa
siete robos con fuerza cometidos en la provincia de Valencia.
La
investigación comenzó tras tener conocimiento de la presencia de
una persona de origen búlgaro que, presuntamente, daba apoyo
logístico a un grupo delincuencial dedicado a la comisión de robos
en viviendas de empresarios. Los agentes constataron que el
investigado se reunía de forma habitual con otras tres personas de
origen balcánico que residían juntos en una zona de apartamentos
turísticos situados en la localidad de Alboraya (Valencia), donde
pasaban totalmente desapercibidos. Para no levantar sospechas, otros
dos miembros del grupo vivían en otro domicilio y utilizaban un
vehículo que era propiedad de un tercero ajeno a ellos.
Fruto
de las gestiones llevadas a cabo, los investigadores detectaron que
dentro de la trama había dos personas
más. La primera, que residía también en Valencia, facilitaba la
información sobre los objetivos mientras que otra de nacionalidad
croata daba “salida” a los efectos robados. Los cinco individuos
que se dedicaban a cometer los asaltos realizaban vigilancias sobre
personas, los inmuebles y los vehículos utilizados.
Distribuido
en equipos de trabajo
Una
vez recibida la información sobre el objetivo a robar, los cinco
miembros de la red se dividían en dos o tres equipos con la
finalidad de realizar inicialmente vigilancias estáticas sobre el
lugar de trabajo de la persona seleccionada y detectar sus rutinas.
Generalmente, vigilaban a varias personas en el mismo día para
evitar permanecer en el mismo sitio durante mucho tiempo y llamar la
atención, cambiándose de ropa y complementos cada poco tiempo para
pasar desapercibidos. Durante varios días recababan la información
necesaria desde tres coches diferentes.
Cuando
ya disponían de todos los datos, y aprovechando que la víctima se
encontraba en su lugar de trabajo, tres o cuatro miembros del grupo
se trasladaban al domicilio al objeto de comprobar las medidas de
seguridad de acceso a la finca y de la puerta del domicilio. Tras
determinar el momento ideal para asaltar la vivienda, se apoderaban
principalmente del dinero en efectivo, joyas y relojes de alto valor
y complementos de marcas exclusivas. Los otros miembros del grupo
permanecían en el exterior vigilando las inmediaciones.
Tras
los asaltos, la organización vendía rápidamente los productos
sustraídos a una familia croata que se encargaba de la receptación.
Para el transporte de los efectos, así como de las herramientas que
utilizaban para inutilizar los sistemas de alarma de los inmuebles,
dos de los tres vehículos contaban con caletas o huecos fabricados
en el chasis del coche donde eran escondidos.
Detenidos
in
fraganti
Los
agentes culminaron la investigación con la detención de cuatro
miembros del grupo in
fraganti
a la salida del domicilio en Valencia de un empresario chino. Dos de
los arrestados portaban más de 4.000 euros procedentes del robo. Ese
mismo día también fueron detenidas otras dos personas más, un
integrante de la trama que se encontraba lesionado y la persona que
“marcaba” las víctimas.
Además,
se realizaron dos registros en los inmuebles en los que residían
ambas células del grupo investigado, hallando numerosos efectos
procedentes de los robos (varios relojes de alta gama, decenas de
bolsos de marcas exclusivas, tres vehículos, efectos procedentes de
robos y múltiples teléfonos móviles), más de 18.000 euros en
efectivo y gran cantidad de moneda extranjera.
Al
día siguiente se realizó un tercer registro donde se detuvo a dos
de los moradores acusados del delito de receptación y, finalmente,
eran arrestados otros dos miembros de la trama que pertenecían a un
segundo escalón centrado en las funciones de logística y apoyo. Los
detenidos tenían intención de permanecer de dos a tres meses en
España y, tras llevar a cabo el mayor número de robos posibles,
regresar a sus países de origen.
La
operación se ha saldado con la detención de diez personas, de los
cuales cuatro de ellos han ingresado en prisión, y se han
esclarecido siete robos con fuerza.
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