Ante la intención del Consistorio de Alboraia de aprobar de manera inminente el macrofestival de música electrónica Marenostrum Experience 2017 en la proximidad de sus viviendas, la Asociación de vecinos Asociación Cívica y Cultural de Port Saplaya manifestó que la sentencia nº479 del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, de 31 de mayo de 2016 supone un importante precedente que, dada la semejanza de la situación, dota a esta asociación y en general a los vecinos de Port Saplaya de sólidos argumentos jurídicos. "Esto nos permitiría acudir a la justicia para exigir elevadas indemnizaciones al ayuntamiento de Alboraya en caso de que concediera licencia al festival Marenostrum Experience 2017 en el parking de Alcampo", advierten.
La sentencia, hecha pública el pasado mes de junio, parte de una reclamación vecinal por violación del derecho fundamental a la intimidad por la celebración del "Arenal Festival Sound" en Burriana. Un macrofestival al aire libre, de un formato similar al Marenostrum que discurre entre los días 31 de julio y 4 de Agosto, en la playa del arenal de Burriana con una participación de 55.000 personas. Los vecinos denunciantes contrataron a un perito que realizó durante la edición de 2013 mediciones en el interior de una de las viviendas próximas y demostró “unos niveles de inmixión de entre 72 y 91 decibelios” que superan los niveles de perturbación máximos fijados en la Ley 7/2002 de la Generalitat Valenciana, y que obligó a los vecinos, según razona el TSJCV, a “soportar una actividad acústica incompatible con el derecho al descanso, a la salud y a la intimidad domiciliaria”.
Los cinco magistrados del TSJCV reconocen en la sentencia que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, aunque no se ponga en peligro la vida de las personas, la exposición continuada a ruidos que puedan calificarse como evitables e insoportables, atentan contra el derecho a la intimidad y al disfrute de la vida personal y familiar en el domicilio. El tribunal considera evidente que “los festivales de música, por sus niveles acústicos, no pueden celebrarse al aire libre violando los derechos fundamentales a la vida personal en el domicilio y a la salud”. Un Informe pericial determinó que, dadas sus características de festival al aire libre, el Arenal Sound “debía de haberse celebrado a una distancia mínima de 5 kilómetros de su ubicación y siempre alejado de zonas
residenciales”.
Asimismo rechazan que un festival de estas características pueda entenderse como un “evento cultural” (cosa que también pretende hacer creer el Marenostrum) porque: "Es precisamente esta naturaleza agresiva, violenta, no del Festival en sí mismo considerado, sino de su equivocado emplazamiento, lo que priva al festival de su carácter cultural y lo hace extraño, ajeno a la sociedad, contrario a los intereses de la generalidad y no merecedor de la excepcionalidad de la DA 2ª de la Ley 7/2002 de 3 de diciembre, de la Generalitat Valenciana, sobre Contaminación acústica".
Finalmente, el TSJCV rechaza que la administración declare este tipo de eventos como de “interés colectivo”, puesto que tan sólo se defienden por un beneficio económico que “puede no ser real frente a la invasión de las calles por 55.000 personas durante 5 días con sus noches”. Argumento que es fácilmente trasladable al caso de Port Saplaya, donde los 3500 vecinos y veraneantes deberían soportar el paso de más de 20.000 asistentes diarios.
Por todo esto, el TSJCV condenó al ayuntamiento de Burriana a indemnizar con 2.000 euros por apartamento a cada uno de los vecinos denunciantes por el daño producido en el festival de 2013 por responsabilidad patrimonial de la administración ( Artículo 139 y siguientes de la Ley 30/92 de 26 de noviembre). Antes de hacerse público el fallo, otra condena por contaminación acústica ya obligó a la organización del Arenal Sound a cambiar la localización del recinto de conciertos en su edición de 2016 para alejarlo del núcleo habitado.
A la vista de esta sentencia del TSJCV "nos parece evidente que, en caso de que el ayuntamiento de Alboraya otorgue licencia para que el Marenostrum Experience 2017 se realice en la proximidad de nuestras viviendas, dispondríamos de una base sólida para emprender acciones legales contra el ayuntamiento por una violación de nuestro derecho al descanso, a la salud y a la intimidad domiciliaria. Situación que lamentaríamos enormemente ya que el conjunto de los vecinos de Alboraya acabaría pagando con sus impuestos los daños provocados por los promotores del Festival. Por esto reclamamos de nuevo al Ayuntamiento de Alboraya que deniegue la licencia al Macrofestival", concluyen.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia