9.000 colmenas menos en dos años y una pérdida de 800.000 euros. Así lo ha denunciado La Unió de Llauradors, que alerta que la crisis que atraviesan los apicultores de la Comunitat Valenciana.
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De las 411.711 colmenas censadas en la Comunitat Valenciana en el año 2008 se ha pasado ahora a 402.473 colmenas, lo que supone un total de 400.000 euros anuales que se han dejado de ingresar. De todas formas, además de estas cuantiosas pérdidas económicas, las abejas aportan un valor medioambiental para la biodiversidad incalculable.
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La Unió señala que no existe relevo generacional en el sector apícola valenciano y desde la Conselleria de Agricultura ‘se hace muy poco por invertir esta situación’. Los jóvenes que deseen dedicarse a la actividad apícola reciben escasos estímulos, puesto que a las ayudas sectoriales tan sólo pueden entrar en la línea de incorporación a la explotación agraria.
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A la desaparición de un gran número de colmenas año tras año hay que sumar también el aumento de los costes de producción, entre seguros y desplazamientos, para los apicultores de la Comunitat Valenciana o las limitaciones para producir miel de azahar, por lo que caben medidas urgentes para que el oficio no desaparezca.
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La Unió señala que los expertos reconocen una merma generalizada de las poblaciones de insectos polinizadores en todo el mundo. Las principales causas son el uso de productos fitosanitarios, la destrucción de hábitat y flora natural provocada por las transformaciones del terreno, la contaminación ambiental y otros factores coyunturales. En la Comunidad Valenciana, se suma otra causa fundamental que es la de los decretos para limitar la polinización cruzada en plantaciones de cítricos que durante los últimos años han condenado de forma irracional a los insectos polinizadores.
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La Unió indica que las abejas existen en la tierra desde hace más de 60 millones de años y pueden sobrevivir sin los humanos. Sin embargo, los humanos, que apenas llevan 250.000 años en el planeta, no puede sobrevivir sin las abejas. La supervivencia y la evolución de más del 80% de las especies vegetales del planeta y la producción del 84% de las especies cultivadas en Europa depende directamente de la polinización entomófila. ‘No olvidemos por tanto que un tercio de la dieta humana procede directa o indirectamente de la polinización realizada por las abejas’, concluyen las mismas fuentes.
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