Miguel Gallego.
Han
perdido la dignidad política. El gobierno, que no ganó las
elecciones, pero que obtuvo el respaldo mayoritario del pleno para
nombrar como alcaldesa a Amparo Orts, ya no goza de la confianza de
los grupos políticos de la oposición. Sin embargo, ahí andan
"gobernando". Aunque parezca surrealista es tan cierto como
triste.
En
la actualidad, parece que la dignidad política se haya esfumado.
Solo prima el cargo; el sillón y el poder. Eso es lo que la
alcaldesa de Moncada demuestra en su día a día. Si el pleno le ha
retirado la confianza, por su mala gestión, debería tener dignidad
política y abandonar. Pero ella prefiere vivir en una realidad
paralela a nuestra ciudad. Su comportamiento es propio de una persona
interesada en prosperar a nivel personal. Una edil que desoye a los
ciudadanos y solo mira por sus propios intereses. Todo ello,
demuestra una falta de respeto y solidaridad hacia los ciudadanos,
que no se debe ni puede tolerar.
Y
no hay que olvidar que de la situación actual de nuestro
Ayuntamiento depende el futuro de nuestra ciudad. Es más, la
oposición de Moncada, con partidos con ideologías totalmente
diferentes, se han unido para intentar frenar el autoritarismo del
equipo de gobierno liderado por Orts. Un gobierno que incumple
cualquier acuerdo plenario que no le favorezca, denotando así ser un
gobierno reaccionario e intransigente.
La
suma de muchos perdedores no da un ganador. La suma del gobierno
actual es una agregación de partidos que han perdido las elecciones.
El cargo y el sueldo es lo único que mueve a estos mal llamados
"partidos progresistas". Son progresistas de pancarta.
Moncada
necesita recuperar la dignidad política. Una dignidad que la
alcaldesa perdió el día de la moción de confianza cuando el pleno
le retiró su apoyo. Dignidad política significa asumir las
consecuencias de las decisiones. Amparo Orts vete ya. #AmparoVeteYa
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