Cosme Herranz. Si hay una cosa que caracteriza a la comarca del Camp de Morvedre es el alto nivel de paro que tenemos, siendo El Puerto donde más se acrecienta al ser la localidad más grande con casi la mitad de la población de toda la comarca. Todos/as tenemos familiares, amigos/as y vecinos/as en una situación muy delicada al verse privados de uno de los derechos fundamentales que se recoge en nuestra Constitución: el derecho a un trabajo digno.
Si por algo se caracteriza a El Puerto es por ser una población industrial y por haber sufrido una muy dura reconversión industrial en los años 80. Nuestro pueblo surgió al amparo de "La Fábrica". Los que éramos unos niños en esa época recordamos las movilizaciones de la sociedad porteña en la defensa de sus puestos de trabajo. Viejos fantasmas que vemos resurgir.
El equipo de gobierno formado por los saguntinos de Compromís, Izquierda Unida, ADN Morvedre y los socialistas vuelven a poner sobre la mesa esos viejos fantasmas. Me refiero a su afán por no ampliar el permiso de explotación de la cantera del Salt del Llop a Lafarge ni abrir el Pinyal. Reconozco que es un tema muy delicado que está enfrentando al equipo de gobierno y a la oposición y también a los vecinos entre sí.
Estamos hablando de 500 puestos de trabajo bien remunerados para los tiempos que corren, que crean riqueza, no solo en El Puerto, sino en toda la comarca, con sus correspondientes 500 familias. Y Lafarge cumple con las leyes medioambientales, y esto es lo importante, que cumple las leyes. Y hay un convenio firmado con el Ayuntamiento. Por lo tanto, es legal.
Los saguntinos de Compromís tienen que saber que una cosa es faltar al respeto a la ciudadanía porteña negándonos el topónimo porteño, prohibirnos la lengua de nuestros mayores y nuestra lengua materna (la castellana) en las calles y en los documentos oficiales, llamarnos reiteradamente Sagunto, no reconociendo como diferentes nuestra cultura, nuestra historia, nuestro patrimonio... y otra muy diferente es atentar contra la industria porteña, contra nuestros puestos de trabajo, contra nuestra gente. Porque Lafarge, no se engañen, está en El Puerto. Sí señores, en El Puerto. Aunque es verdad que también hay trabajadores de otras localidades vecinas.
El asunto de Lafarge no es un juego. En El Puerto también tenemos una regasificadora, una central térmica de ciclo combinado, la planta de oxígeno, una empresa de fertilizantes... pero porque es un pueblo industrial. Y cumplen con la legislación en materia medioambiental.
Los saguntinos de Compromís quieren cerrar Lafarge. Al igual que en su día se pusieron detrás de la pancarta de "No a la térmica y no a la regasificadora" y al final acabaron enchufando en ellas a muchos de sus amiguetes, al igual que los socialistas.
Este asunto necesita una solución urgente porque nuestra gente lo está pasando muy mal al igual que sus familias e hijos. Hijos que tenemos en los colegios porteños. Una solución que respete el medio ambiente y a la vez los puestos de trabajo. La ciudadanía porteña estará atenta.
Lafarge no es un juego.
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