La votación en contra de la Ley Trans que
realizó el grupo popular en les Corts Valencianes el pasado
30 de marzo ha dejado paso a las primeras consecuencias. La
edil, representante del PP en Paiporta, Amparo Ciscar
así lo atestigua. Sus comentarios en las redes sociales
referidas a Cassandra Vera, continúan en la línea
argumentaria que su partido ha estado esgrimiendo para votar
en contra de la aprobación de una ley, la Ley
Integral del reconocimiento del derecho a la Identidad y
Expresión de Género de la Comunidad Valenciana,
que garantiza para nuestro colectivo un derecho fundamental
básico: el derecho a ser personas, tal cual nos sentimos.
Desde Lambda, entendemos
que la señora Císcar piense que, por el hecho de que
Cassandra sea una persona trans, tiene el poder de robarle
la dignidad humana y por este motvo su partido votó que no a
una ley que nos igualaba con el resto de la ciudadanía.
Quizás si estos comentarios se hubiesen realizado en
referencia a la señora Císcar, o hacia alguien de su familia
o partido, serían considerados una enorme ofensa e incluso
un hecho delictivo contra el honor. Lástima que su
militancia en el Partido Popular le impida entender la
realidad tal y como se nos presenta hoy. Desde Lambda
siempre hemos sabido que para el Partido Popular nuestro
colectivo, y sobre todo el colectivo trans tal y como se
evidenció el pasado 30 de marzo, no tiene los mismos
derechos que el resto. En este caso, el derecho
fundamental a la libertad de expresión de la edil de
Paiporta, se ha puesto claramente por encima de cualquier
derecho humano que Cassandra, como persona trans, pudiera
disfrutar.
Parece ser que la edil
del PP aún no se ha enterado que muchas mujeres, o personas
que se sienten e identifican como mujeres, sean trans o
no-trans, tienen bigote y no por ello dejan de ser mujeres.
Parece ser que la edil no conoce la existencia de esa
profesión a la que acuden frecuentemente muchas de estas
personas para intentar encajar en el canon de belleza
occidental, llamada esteticista.
En este sentido desde
Lambda, col·lectiu de lesbianes, gais, transsexuals i
bisexuals queremos manifestar que:
Como personas trans
estamos hartas de que el PP nos considere ciudadanas de
segunda.
No podemos continuar
tolerando que el PP anteponga los derechos de la ideología
católica a nuestros derechos fundamentales tal y como
hicieron con la defensa de ciertas enmiendas el pasado
jueves 30 de marzo en la votación sobre la
Ley
Integral del reconocimiento del derecho a la Identidad
y Expresión de Género de la Comunidad Valenciana.
Es inadmisible que el
PP siga defendiendo, como de nuevo hizo a través de la
serie de comparecientes que participaron las diferentes
sesiones de debate sobre la Ley Trans, que se nos
aplicaran terapias de aversión para revertir nuestra
identidad y deseo.
El Partido Popular, no
contento con todo lo que hemos aguantado y luchado las
personas trans a lo largo de la historia, aún se atreva a
pasear su ignorancia sobre las identidades trans, y más
aún sobre la intersexualidad, por las calles de España y
sus colegios.
Desde Lambda todavía
recordamos las votaciones de la Ley de 2007, que nos
facilitaba el cambio registral de nombre y sexo, y a la
bancada del PP en el Congreso de los Diputados, votando en
contra de aquella ley sin inmutarse, sin padecer ni un solo
instante por las vidas que estaba menospreciando y más de
uno, tras apretar el botón del no, siguió leyendo el
periódico como si nada.
¡Señoras y señores
del PP, somos personas!
Señora Amparo Ciscar,
con sus comentarios no solo ha discriminado a Cassandra sino
a todo el colectivo de personas trans. Así pues, desde
Lambda, le exigimos una disculpa pública y que retire todo
comentario que fomente el discurso del odio hacia las
personas trans. Además, le exigimos, la dimisión inmediata
del cargo público que ostenta, ya que sus
declaraciones de odio la incapacitan para defender el
interés y el bien común que como política está obligada a
defender y a hacer cumplir.
Como dice la
investigadora, escritora y directora Susan Stryker,
"la mayoría de las personas tienen grandes dificultades
para reconocer la humanidad de otra persona si no pueden
reconocer el género de esa persona". Señora Císcar,
ese es su problema y el de su partido, problema que se hace
evidente cada vez que les vemos votar en contra de cualquier
propuesta que dignifique nuestras vidas.
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