María José García, diputada de Ciudadanos. Lo
que está pasando con la línea T2 de Metrovalencia es intolerable. Que
el Consell no se plantee acabar una infraestructura en la que ya se han
invertido dos tercios del coste total, no tiene ningún sentido.
Dice
la consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio
que sería imprudente si anunciara la reanudación de las obras. Se
equivoca, la imprudencia radica en perder lo invertido o, lo que es más
grave, en gastar en deshacer lo construido.
¿Cómo
le va a explicar la Generalitat a la sociedad valenciana que en vez de
emplear su dinero en acabar una infraestructura para darles mejor
servicio, lo va a destinar en retirar lo que ya está hecho para que no
se deteriore? ¿Alguien se gastaría sus ahorros en desarmar las obras de
su casa antes que terminarla? Parece que la respuesta es evidente.
Hasta
que se paralizó el proyecto en 2011 por falta de financiación, se
habían invertido unos 195 millones de euros. Después de cuatro años de
absoluto abandono, se utilizó parte del presupuesto de 2016 para retirar
parte de los raíles del tramo en superficie de la línea. Ahora, de
nuevo, nos encontramos que en los presupuestos para el año que viene se
recoge una partida de 2,6 millones para preservación de lo ya
construido, pero ni un solo euro para finalizar el proyecto.
La
dejadez del Consell en este asunto está muy lejos de lo que muchos
valencianos se esperaban. Hacer la misma política que el PP no encaja
bien en su discurso. Esta línea, que tenía que unir el centro de
Valencia con Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Ciudad de Justicia y
el barrio de Nazaret, es una infraestructura fantasma, que se va
deteriorando y que no sabemos cuándo se podrá disfrutar.
Está
claro, y eso nadie lo discute, que el Ejecutivo valenciano se ha
encontrado con esta obra que requiere, según los cálculos, 100 millones
más para su finalización. No fue idea suya, no la proyectaron ni la
presupuestaron. No obstante, ahora tiene la responsabilidad de buscar
soluciones. Si no lo hace, si permite que el dinero de los valencianos
se pierda, estará siendo cómplice de una chapuza. Estará consintiendo un
despropósito.
Si
10 años después del comienzo de la construcción de la T2 y de una
inversión de casi 200 millones, los ciudadanos en vez de una
infraestructura vertebradora tienen unas obras descuidadas entre maleza,
no queda otra más que exigir a la Generalitat que retome el proyecto y
acabe la línea.
Es
necesario que se aproveche el dinero gastado y se mejore la movilidad
de los valencianos. Por eso, Ciudadanos (C’s) va ha defender en Les
Corts una iniciativa donde se insta al Consell a continuar con las obras
en la línea T2 antes que acabe su mandato en 2019. Vamos a insistir
las veces que haga falta y lo haremos desde todas las instituciones. Por
eso, en el Ayuntamiento, C’s también lucha con la misma demanda.
Esperemos que el tripartito rectifique, y que el año que viene se genere
una partida económica en los Presupuestos para ir finalizando esta
importante infraestructura de vertebración del territorio y que la
inversión no sea solamente para su desmantelamiento como hasta ahora, es
un despropósito perder 200 millones.
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