José Salvador Murgui.
El “Dúo
dinámico”, jamás pensaría que una canción suya de los años sesenta del
siglo pasado, iba a ser la apertura de la entrega de los Premios Goya en el año
2015. Reconozco que no estaba prestando atención a la televisión, más cuando
comenzó a sonar la música y me di cuenta de lo bien preparado que estaba aquel
evento, me quedé prendado del momento:
“Cuando pierda todas las partidas, cuando duerma con la soledad, cuando se
me cierren las salidas y la noche no me deje en paz.
Cuando sienta miedo del silencio, cuando cueste mantenerse en pie, cuando se
revelen los recuerdos y me pongan contra la pared.”
¡Que hermosas y certeras palabras para el momento que nos está tocando
vivir! Que realidad tan actual la que cantaban aquellas aterciopeladas
voces de Manolo y Ramón y que mensaje tan contundente para la primavera del año
2015.
“Resistiré, erguido frente a todo, me envolveré de hierro para endurecer la
piel y aunque los vientos de la vida soplen fuerte soy como el junco que se dobla
pero siempre sigue en pie. Resistiré, para seguir viviendo, soportaré los
golpes y jamás me rendiré y aunque los sueños se me rompan en pedazos,
resistiré, resistiré...”
Y al ver como se celebró esta ceremonia, al ver a tantas caras
conocidas, al ver aquel desfile, sentí tristeza, faltaba una buena
representación valenciana, nos hemos quedado sin el trampolín de Canal 9, nos
falta el empujón patrio para hacernos presentes en la historia y la cultura
actual, la del año 2000.
Seguimos en pie, el junco se dobla, pero los sueños se nos rompen a
pedazos. Reconozco que he gozado con esa maravillosa película de los
apellidos vascos, me he reído hasta la saciedad de la gracia desmesurada de sus
protagonistas, he disfrutado tanto con ella que un día buscaba entre mis amigos
del Facebook a Dani Rovira, pensando que era un conocido o amigo del “face”… y
se me hizo tan corta la película, que cuando la protagonista llega a Sevilla
frente a la Torre del Oro y detrás de la calle Betis, me saltaron las lágrimas
quedándome con ganas de más pelicula.¡Que luz tan grande la de Sevilla!
En ésta entrega de los Goya, me ha pasado algo parecido. No nos merecemos
no estar presentes en los grandes eventos nacionales. Somos cuna de artistas,
somos tierra de pasión, de fuego, donde quemamos lo que nos molesta
matando el frio del invierno para dar paso a una gloriosa primavera capaz
de hacer renacer la vida. Ésta primavera luminosa es la que me incita a
transmitiros estos pensamientos.
Posiblemente hoy nos encontremos en el momento de la segunda parte de la
canción: “Cuando el mundo pierda toda magia, cuando mi enemigo sea yo
cuando me apuñale la nostalgia y no reconozca ni mi voz .Cuando me amenace la
locura, cuando en mi moneda salga cruz, cuando el diablo pase la factura, o si
alguna vez me faltas tú.”
¿Nos apuñala la nostalgia de otros tiempos pasados? ¿Somos nuestros propios
enemigos? ¿No reconocemos nuestra voz? Y el que nos la conoce, por qué
razón nos la distingue? ¿El diablo nos está pasando la factura? Piensen
quien es el diablo que nos angustia… lo más seguro es que sea alguien
posiblemente muy cercano al que no vemos y no reconocemos.
A veces sufrimos por la pérdida de identidad, de tradiciones, de historia…
pensamos que nos van a quitar cualquier rasgo que tenemos como propio. ¿Se han
parado a pensar quien y como se llama el que ha potenciado los desahucios, la
pérdida de casa, la pérdida y destrucción de puestos de trabajo, o lo más
triste: la desnutrición infantil o la pobreza? Esa pérdida es mucho peor
que la pérdida de la magia, porque ante tanta crueldad la magia es además de
irreparable muy dolorosa.
No seamos nuestros enemigos, sepamos dar el paso a tiempo para saber hacer
y vivir como dice la canción: “Resistiré, erguido frente a todo, me envolveré
de hierro para endurecer la piel y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie…”
Ese es el momento de los Goyas, el saber resistir, VALENCIA necesita una
alfombra roja que le devuelva su identidad, que le haga creer en su
regeneración, como pueblo, como personas, y sobre todo que le ayude a cada
valenciano que habita desde el último rincón de la Comunidad hasta el mismo
corazón de la Ciudad a creer que podemos ser el motor y el orgullo del progreso
para siempre sentirnos orgullosos de lo que somos, y no tener que agachar la
cabeza ante nada ni nadie. Es el momento de curar el corazón enfermo para
que pueda vivir con una salud de hierro, y eso es posible, solo si tú y yo y
aquellos que confían en nosotros cantamos sin desfallecer: “Resistiré, para
seguir viviendo, soportaré los golpes y jamás me rendiré y aunque los sueños se
me rompan en pedazos, resistiré, resistiré...”
Que cada Premio Goya, sea un Premio que tú brindas a tus hijos… porqué tú
te lo has sabido ganar pensando y actuando para conseguir lo mejor para
ellos.
Feliz martes.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia