Lactancia El
calor, la humedad, los desplazamientos por viajes, la exposición al
sol, una mayor sudoración o los cambios en los horarios son algunas
de las circunstancias que pueden repercutir en los hábitos de la
madre y el bebé que se alimenta de leche materna en los meses
estivales. En verano hay que estar atentos a la hidratación de ambos
para evitar cualquier riesgo durante los días de más calor.
“Durante
el verano, la madre lactante debe estar muy atenta a la sensación de
sed y debe hidratarse de forma frecuente y mantener una alimentación
saludable, rica en productos frescos y de temporada, con una oferta
variada en todo tipo de alimentos”, señala Blanca Garrido,
especialista en pediatría de la Unidad de Cuidados Intermedios
Pediátricos y Neonatales del Hospital de Manises. “También hay
que estar muy vigilantes con el bebé, ofreciéndole el pecho
frecuentemente y dándole de amamantar a demanda”.
Especialistas
del Hospital de Manises han preparado pautas y consejos para la
lactancia durante los meses de verano para dar algunas claves sobre
la alimentación que debe seguir la mamá, signos que nos advierten
de deshidratación, cómo conservar la leche o las posturas más
cómodas para amamantar al bebé en los días más calurosos.
Aumenta
la demanda.
La mayoría de los bebés aumentan su demanda de pecho en los meses
estivales. Hay que ofrecerles el pecho con frecuencia, sobre todo a
los bebés más pequeños.
La
leche, todo el aporte necesario para hidratarse.
La leche materna tiene un porcentaje de agua de aproximadamente un
85% por lo que el bebé que toma lactancia materna en exclusiva a
demanda no necesita aporte de agua extra.
Introducción
de la alimentación complementaria.
Cuando se inicia la introducción de nuevos alimentos, la lactancia
materna sigue siendo la fuente principal de agua, pero sí que se
sugiere ofrecer agua tras las tomas de alimentos diferentes al
pecho.
Signos
de una buena hidratación.
Un bebé bien hidratado está activo, contento, con las mucosas
húmedas, con la piel turgente y realizan orina clara y en cantidad
normal.
Signos
de una mala hidratación. Hipoactividad
o irritabilidad, sensación de sequedad en piel y mucosas,
disminución de la cantidad de orina, que además suele ser de color
más intenso y olor más fuerte, son signos de deshidratación.
Buscar
la comodidad en días calurosos.
Hay que buscar lugares frescos y a la sombra para amamantar al bebé.
Debemos evitar que el lactante reciba el contacto directo del aire
acondicionado o el ventilador. Hay ciertas posturas, como dar el
pecho recostada con el bebé al lado o ponerlo en posición de
“balón de rugby” con el bebé apoyado sobre un cojín o
almohada, que permiten amamantar sin un contacto cuerpo a cuerpo tan
estrecho y pueden resultar más cómodas en los días de mucho
calor.
Conservar
la leche materna. Los
especialistas de Manises recomiendan refrigerar la leche materna si
no se va a usar en la hora siguiente a su extracción y congelar la
leche en envases de uso alimentario si no se va a usar en unas 24-48
horas aproximadamente. En el momento de congelarla, se debería
hacer en envases pequeños (máximo 120-150 ml) para poder
descongelar de forma gradual según se necesite para cada toma,
evitando desperdiciar leche materna. Si han pasado más de dos horas
después de la descongelación, y no se ha usado, hay que
desecharla.
Alimentación
saludable.
En verano, para estar bien hidratada, la madre debe tener una
alimentación saludable, cimentada sobre productos frescos y de
temporada, como fruta o sopas frías, aprovechando la oferta variada
que existe. La alimentación y la ingesta hídrica de la madre
lactante debe tener en cuenta el gasto extra de energía y líquidos
que representan la producción láctea para ella.
Vigilar
la exposición al sol. La
exposición a la luz solar es importante para la producción de
vitamina D, tanto para la madre como para el bebé. Se debe evitar
la exposición directa al sol en las horas de más calor del día.
Si es imprescindible salir en estas horas, se debe usar protección
física para el bebé (gorro, ropa, sombrilla,…) y se debe prestar
especial atención en evitar la temperatura ambiental excesiva.
Desplazamientos.
El
nacimiento de un bebé no supone un impedimento para viajar
normalmente. Si el viaje se realiza en avión, prestar especial
atención a ofrecer el pecho, o un chupete, al bebé en los momentos
de despegue y aterrizaje, puesto que esto le ayuda a evitar las
molestias en los oídos que se producen en los cambios de presión
atmosférica. Si se viaja en coche debemos parar para ofrecer el
pecho, puesto que el bebé debe viajar siempre en un sistema de
retención infantil adecuado. Durante las vacaciones, es
recomendable y beneficioso para la salud de la madre y el bebé que
paseen al aire libre.
Beneficios
de la lactancia natural
La
leche materna es el mejor alimento infantil que existe ya que es el
más equilibrado y contiene todos los nutrientes necesarios para el
correcto desarrollo del recién nacido. También tiene beneficios
para su sistema inmunológico y su salud a largo plazo. A la mamá,
además, dar el pecho le ayuda a recuperarse tras el parto y a
descansar mejor (la hormona prolactina que estimula la producción de
leche tiene un efecto relajante) y potencia el vínculo emocional
entre ambos.
Guía
sobre la lactancia
El
Hospital de Manises dispone de una guía
para papás y mamás de recién nacidos con consejos útiles,
sugerencias y recomendaciones sobre la lactancia materna. Esta guía
recoge consejos útiles para dar el pecho, explica las vitaminas y
nutrientes que puede aportar la lactancia a los recién nacidos,
recomendaciones para cuidar el pecho o las mejores posiciones para
amamantar. Además, también se informa sobre las posibles
dificultades que se pueden encontrar durante la lactancia como la
mastitis o los problemas de agarre.
Lactancia en verano
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