Virginia Garrigues.
Los
veranos son temporadas agitadas para los municipios de costa como el
nuestro. Cantidad ingente de visitantes quieren disfrutar de
nuestras dos preciosas playa, un hecho que debería
ser de orgullo y, bien aprovechado, tenido en cuenta como un puntal
económico de nuestro pueblo.
En
este caso, hay una pieza fundamental que no debemos olvidar que son
los vecinos que viven durante todo el año en nuestras playas. Unos
vecinos muchas veces olvidados, donde vemos que año tras año se le
van recortando los servicios y sobre todo donde vemos que su opinión
no importa.
Un
verano más,
después
de un invierno de constantes ataques, vemos como el gobierno
socialista de Alboraya se empeña en hacer lo contrario a lo que
quieren los vecinos de Port Saplaya. El año pasado con el intento de
imponer el festival musical Marenostrum, durante el año con los
conflictos de la entidad de conservación y el club náutico
y ahora con la pista de arena.
Un
proyecto, el de la pista de área,
que parece surrealista. Sí,
han escuchado bien: una pista de arena al lado de la playa,
¡Increíble
pero cierto! El partido socialista de Alboraya sería
capaz de poner aire acondicionado en el polo norte, ¡uno genios!.
Después
de mucho tiempo, de quejas y ¡más
de 60.000€!
parece que les puede entrar las conciencia si hacen caso a la
oposición. Espero que así
lo
haga y que Miguel Chavarria deje su cabezonería
a un lado y su odio a Port Saplaya a otro y haga caso a los vecinos
que son los más
perjudicados.
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