Jesús Borrás, alcalde de Manises. Manises necesita un buen plan. Ya hace mucho tiempo, treinta años, que se aprobó el primer Plan General de Ordenación urbana de Manises, que dio respuesta a los problemas que en materia urbanística se planteaban en aquel momento, y que fundamentalmente respondían a la falta de criterios uniformes en el diseño de la ciudad, pero los tiempos han cambiado y no son hoy los mismos problemas a los que ha de enfrentarse el urbanismo.
De un urbanismo expansivo, de crecimiento y generación de nuevos suelos urbanos, de consumo sin medida de recursos naturales, y que buscaba sobre todo dar respuesta a una creciente demanda de vivienda y equipamiento, nos enfrontamos a un urbanismo que ha de afrontar problemas como el controlar una crecimiento disperso y dilapidador de recursos naturales, la generación de polución, el elevado coste de mantenimiento de infraestructuras obsoletas. Se ha de plantear respuesta a cuestiones como la promoción de una mayor calidad de vida; las necesidades de colectivos de necesidades diversas ya sea por edad, género, etnia u otro rasgo identificador; la sustitución de antiguas bases industriales, por nuevas actividades productivas; primar la reurbanización de espacios obsoletos a la generación de nuevos suelos urbanos; y además debe potenciar la participación de los ciudadanos, destinatarios últimos de la política urbanística, como medio de acercar la administración a la ciudadanía y fortalecer los mecanismos democráticos.
Gran Manises finiquitado
Después de haber vivido intentos de modificar el vigente planeamiento por la vía de los hechos y a espaldas de la ciudadanía, como fue el felizmente finiquitado plan del Gran Manises, se impone una nueva forma de adoptar este tipo de decisiones con tan gran trascendencia en la vida cotidiana de los maniseros.
Este proceso se ha iniciado con la licitación de la redacción de un nuevo Plan General para Manises, de la que saldrá el equipo al que se ha de encomendar su redacción. La propuesta que en su día se presente, y se someta a la consideración y participación ciudadana, ha de respetar los límites al crecimiento urbano, y plantear una ciudad, fundamentalmente para vivir y no para especular., y que se fundamente en unas políticas urbanísticas con perspectivas de género que den respuesta a las diferentes necesidades laborales, de equipamiento y servicios.
Manises necesita un buen plan, y este gobierno está dando los primeros pasos para diseñarlo.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia