Se acerca
el verano y, con él, una prueba de fuego para muchos españoles: ponerse el
bañador de nuevo. Tras el primer susto, vienen las prisas por ponernos en
forma, algo que, llevado al extremo puede ser muy perjudicial para la salud. De
hecho, más de 300.000 valencianos con exceso de peso confiesan que
consumen medicamentos sin receta médica. ¿Las razones? Poder
adelgazar rápidamente y sin demasiados sacrificios, para lo que, además, se suele
acudir a lugares sin control médico alguno como son herbolarios, webs de
nutrición y App de compraventa tipo Wallapop.
Ésta es una de las principales conclusiones del
estudio “Stop obesidad. El exceso de peso y las dietas en
España”, realizado por Vivaz, la marca de
seguros de Salud de Línea Directa Aseguradora, S.A., que analiza las opiniones
extraídas de 2.000 entrevistas
realizadas a personas con sobrepeso y
obesidad de entre 18 y 75 años de toda la geografía española.
Las dietas “milagro”
Otro aspecto que se
recoge en el informe de Vivaz son las llamadas “dietas milagro”. De hecho, más de 375.000 valencianos
con exceso de peso reconocen haberlas seguido en alguna ocasión, una
práctica más habitual en mujeres de 35 a 44 años con obesidad que, además, suelen prescindir del control médico. Las
más populares son los sustitutivos alimenticios (las populares “barritas”
o batidos), las dietas monoalimento, muy proclives al temido “efecto
rebote”, y las dietas líquidas, que excluyen la ingesta de alimentos
sólidos. Con todo, la peor valorada de entre las dietas de moda es la Dukan,
basada fundamentalmente en el consumo de proteínas.
Por sexos,
el porcentaje de mujeres con kilos de más que se han puesto a régimen varias
veces al año dobla al de los hombres, pero, en términos generales, los
españoles no son constantes en este campo. De hecho, los efectos del régimen
suelen durar a un 43% de los valencianos unos 6 meses como máximo y más del 20% de
los que se ponen “a plan” abandona antes de alcanzar su objetivo.
Los motivos: falta de compromiso, sobre todo en las mujeres, seguida por
un bajo estado anímico, la falta de deporte y la vida social.
El perfil de la persona que se ve más obesa:
mujer, oficinista y de edad madura
Los expertos
en nutrición suelen distinguir entre sobrepeso y obesidad en función del
llamado Índice de Masa Corporal (IMC), calculado a partir del cociente
entre los kilos de cada persona y su estatura expresada en metros al cuadrado.
Si el resultado se encuentra entre 25 y 29,9, se tiene sobrepeso y se sobrepasa
30, se padece obesidad.
Teniendo en
cuenta este baremo, en España, las personas que se ven más obesas suelen ser mujeres
de edad madura, con trabajos sedentarios, principalmente
oficinistas, y, por lo general, a disgusto con su peso. Asimismo, las
zonas del cuerpo más afectadas para ellas son el vientre y las caderas.
En cambio, las personas que se ven a sí mismas con “sólo unos kilos de más”
suelen ser hombres, principalmente jóvenes de profesiones más
variadas y que suelen notar más el sobrepeso en el vientre y las piernas.
Otra diferencia notable entre géneros es la autocrítica, ya que el
porcentaje de hombres con exceso de peso que, sin embargo, creen estar “en
plena forma” dobla al de mujeres en la misma situación (6,8% frente
2,9%).
Preguntados
por los motivos del sobrepeso, los valencianos señalan la alimentación, el
sedentarismo y el metabolismo. Además, el 80% de los españoles con
obesidad creen no sufrirla y un 41% de las personas con exceso de peso en
la Comunidad Valenciana no creen estar en riesgo de sufrir dolencias o
enfermedades como diabetes, hipertensión o problemas coronarios.
Por otro
lado, los españoles con “kilos de más” denuncian prejuicios. De hecho, un 36%
de la población valenciana con exceso de peso asegura que su estado físico le
ha perjudicado en su vida social y, en menor medida, en el plano laboral.
En el primero de estos ámbitos, destaca el caso de las mujeres (23% frente al
11% de los hombres), que definen los prejuicios sobre el exceso de peso como
una forma de presión indirecta para ellas, especialmente en temas como la moda,
la imagen o el bienestar.
Los asturianos, los más constantes
perdiendo peso
Por Comunidades,
los más constantes en sus dietas son los asturianos, seguidos de los aragoneses
y los castellano-manchegos, muy por encima de la media nacional
de éxito en las dietas, en el que solo el 10% de personas que se han puesto a
dieta nunca han abandonado. En el lado contrario se sitúan los castellanos y
leoneses, los vascos y, por último, los extremeños, que presentan en el
índice más bajo de éxito en bajar de peso, con apenas un 6,3% de personas que
nunca se rinden en una dieta.
Los valencianos se
mantienen dentro de la media nacional con un 8,4% de constancia cuando se han
puesto a dieta.
El sedentarismo: un mal aliado
Pero los datos sobre obesidad no
acaban aquí. Más del 68% de las personas
con sobrepeso u obesidad en la Comunidad Valenciana no hacen deporte de forma
regular, un porcentaje especialmente acusado en las mujeres. Además, no suelen
utilizar las ventajas de la tecnología, ya que el 82% de los valencianos no usa ninguna App de actividad por no considerarlas de utilidad.
En cualquier caso, el problema del sedentarismo no parece exclusivo de las personas con
exceso de peso. De hecho, según un reciente estudio de Vivaz, 2 de cada 3 españoles, unos 20 millones
de personas, no hacen casi ejercicio y algo más de la mitad de esta cifra, unos
11 millones, admiten que nunca
practican deporte, una situación que conlleva serios riesgos cardiovasculares.
Según Francisco
Valencia, Director de Gobierno Corporativo de Línea Directa Aseguradora: “El
sobrepeso es uno de los grandes males de las sociedades avanzadas, que conlleva
innumerables riesgos no solo para nuestro estado físico y nuestra calidad de
vida, sino, en muchas ocasiones, también para nuestro estado psicológico y
nuestra autoconfianza. Por eso, debemos responsabilizarnos con nuestra salud
haciendo de nuestro peso ideal no solo una cuestión de estética, sino, sobre
todo, una cuestión de salud y, para ello, hay dos factores determinantes que están
en nuestra mano: una correcta alimentación y actividad física habitual, como,
por ejemplo, caminar 10.000 pasos al día, que es la cantidad recomendada por la
Organización Mundial de la Salud”.
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