Calle
Laffón Soto de Sevilla, 29 de septiembre de 2003, 22.15 horas de la
noche. Con el semáforo en rojo, un potente BMW abandona su carril e
invade el sentido contrario para sortear a los vehículos que,
pacientemente, esperan a la luz verde. Algunos le increpan, pero el
conductor, un joven y famoso bailaor de flamenco, no se inmuta y
acelera hasta los 90 Km/h en una zona limitada a 40 Km/h.
En
aquel mismo momento, Benjamín Olalla, un mecánico sevillano de 35
años, cruzaba correctamente por el paso de peatones, ajeno a lo que
sucedía alrededor. El impacto fue brutal. El cuerpo de Benjamín se
elevó a 4 metros de altura, estrellándose a continuación contra el
asfalto. El coche, lejos de detenerse, aceleró, perdiéndose a gran
velocidad en las calles de la capital andaluza. El resto es de sobra
conocido. Es el relato del caso
Farruquito,
un homicidio que supuso un antes y un después en la represión y el
control de la delincuencia vial.
La
condena, que apenas le supuso al bailaor 14 meses reales de prisión,
causó una fuerte alarma social que acabó provocando un gran cambio
legislativo en materia de seguridad vial. 14 años después de este
suceso, los delitos contra la seguridad en el tráfico se han
convertido en los más habituales en los juzgados españoles, ya que
suponen el 35%
del total de delitos que se cometen en España.
De hecho, las cifras impresionan: desde 2008 se han celebrado casi
900.000
juicios sobre
seguridad vial, de los cuales 650.000
han terminado en condena.
En este sentido, la proporción de sentencias condenatorias también
ha experimentado una gran evolución en los últimos años, pasando
del 66% registrado en 2008 al 85% en 2015.
Pese
a la gravedad de los datos, los
valencianos aún no se han concienciado lo suficiente,
ya que cerca de 612.000
conductores
reconocen haber realizado alguna vez conductas
delictivas al volante,
tales como conducir bajo la influencia del alcohol o las drogas,
circular sin permiso o ir a más de 200 Km/h por una autopista, entre
otras. Probablemente, porque tampoco parecen conocer su existencia,
ya que más
de 1,1 millón de conductores de la Comunidad Valenciana ignoran que
pueden ir a la cárcel por
una cuestión relacionada con la seguridad vial y más de 1
millón no
saben que conducir bajo la influencia de las drogas puede provocar el
ingreso en prisión.
Pero
más allá del desconocimiento, estas conductas conllevan un problema
mucho más grave en la sociedad, ya que tienen una influencia directa
en las cifras de siniestralidad. De hecho, se puede estimar que el
14% del
total de los fallecidos
en accidente de tráfico murió por conductas delictivas de otro
conductor, lo que supone que se estima en más
de 2.400 las personas que han perdido la vida
por estas prácticas en los últimos 8 años
Éstas
son algunas de las principales conclusiones del estudio “Delitos
y criminalidad vial en España. Evolución de la delincuencia contra
la seguridad vial (2012-2015)”, presentado
hoy por la Fundación
Línea Directa
y realizado en colaboración con FESVIAL (Fundación Española para
la Seguridad Vial). El informe, que analiza en profundidad más de
580.000
juicios
por delitos contra la seguridad vial y alrededor de 450.000
condenas
impuestas entre los años 2012 y 2015, se completa con una encuesta
realizada a 1.700
conductores
de toda la geografía nacional que recoge la percepción de los
españoles sobre estos tipos penales.
Tipología
de condenas y perfil del delincuente vial
La
Fundación
Línea Directa
también ha realizado una radiografía de los delitos viales más
habituales en nuestro país. En este sentido, pese a las campañas de
concienciación y el esfuerzo de las Administraciones, la
conducción bajo la influencia del alcohol o las drogas
supone más
del 60%
del total de los casos. Les siguen tipos penales tan diferentes como
conducir
sin carné
(27%), provocar un grave
riesgo para la conducción
(7%) o negarse
a realizar las pruebas de
alcoholemia o de drogas (3,5%). En cuanto a los ingresos efectivos en
prisión, la población reclusa por estos delitos ronda en la
actualidad las 1.200
personas, siendo la conducción
sin carné
(39%) y el homicidio
imprudente
(22%) los casos más habituales.
El
perfil del delincuente vial también arroja datos llamativos:
mientras que los hombres
de entre 18 y 24 años son
los que más reconocen haber realizado estas prácticas, los hombres
de entre 41 y 50 años suelen
ser los más condenados. Además, los potenciales delitos por exceso
de velocidad, parecen ser mucho más frecuentes de lo que indican las
condenas, ya que, aunque 1,2 millones de automovilistas reconocen
haber conducido alguna vez a más de 200 kilómetros por hora, las
sentencias por este comportamiento apenas suponen el 0,6% del total
de los casos.
Los
delitos viales en la Comunidad Valenciana
La
Fundación Línea Directa
ha realizado un mapa
de delitos
viales en
el que compara la media nacional de conductores condenados con la de
cada comunidad. Para ello, se han enfrentado las sentencias
condenatorias de cada región a su censo de automovilistas,
obteniendo así indicadores comparables.
En
España, el 1,36% de los conductores ha sido condenado por un delito
contra la seguridad vial en los últimos 4 años. En este sentido,
Baleares,
Murcia y Galicia
son las regiones que superan con mayor holgura la media
española.
En el lado contrario se encuentran Cantabria,
Extremadura y Aragón,
con índices muy inferiores a la media española.
En
la Comunidad Valenciana, más del 1,5% de los conductores ha sido
condenado por delitos viales. En
esta comunidad, las
condenas más habituales son por conducir bajo la influencia de las
drogas y el alcohol y por circular sin permiso.
Por
tipo de delito, Cataluña
resulta ser la Comunidad con mayor proporción de condenas por exceso
de velocidad y por negativas a realizar pruebas de alcoholemia o de
detección de drogas. Por su parte, Baleares
lidera el ránking en delitos por conducción bajo la influencia del
alcohol y las drogas y Murcia,
el de conducción sin carné.
¿Qué
opinan los valencianos sobre este tipo de delitos?
Sorprendentemente,
pese a su alto grado de desconocimiento, la
inmensa mayoría de los valencianos (92%) está a favor de mantener
las penas de cárcel
en los delitos contra la seguridad vial e incluso un
11% apuesta por endurecerlas aún
más. Además, muchos ciudadanos
valencianos
reclaman tipificar más conductas como delitos contra la seguridad en
el tráfico: el 67% cree que llevar
a los niños en el coche sin Sistema de Retención Infantil
debería ser delito, el 51% incluiría en el Código Penal manipular
el móvil
mientras se conduce, un 44% conducir
sin seguro obligatorio
y un 28% no
llevar el cinturón de seguridad.
Asimismo,
a pesar de la labor de la Fiscalía y los jueces, la percepción de
los valencianos
es que la
justicia no es igual para todos. De hecho, el
83% cree
que las sentencias contra los conductores famosos son más blandas de
lo que deberían y un 16%
exige más dureza con las celebrities
que
con el resto de ciudadanos, siempre con el objetivo de potenciar la
ejemplaridad en la sociedad.
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