Rabindranat
Tagore nos dice que gobernar a los hombres es muy difícil,
empujarles es tarea sencilla. Hoy vivimos un clima enrarecido,
amenazante, de ficción y doblez política. Algo se ha roto y
alterado en el corazón de la sociedad. Todos los políticos ofrecen
opiniones variadas. Bien sabemos que una opinión no es una verdad,
sino algo que pretende serlo .La exposición de una opinión debe
hacerse con sencillez y claridad, jamás con los puños. Sabemos que
cuando un político no logra lo que pretende, se torna un tanto
agresivo, consecuencia de su frustración .La agresividad es siempre,
decimos, el calmante del perdedor .Hay quienes arremeten contra el
mensajero cuando no les gusta el mensaje. Pretenden con ello que el
adversario se encoja como metro de carpintero .La falta de ideas
suscita los agravios.
En
política no vale todo. No es correcto desbravarse y liarse a
mamporros contra el que gobierna .La fuerza de un político está en
su conducta y en cumplir sus promesas. El político sabio piensa al
principio lo que el político necio hace al final.
En
el tenso teatro de nuestra política abundan los insultos y dobleces.
Algunos piensan que revolcarse en el fango es la mejor manera de
limpiarse .No olviden jamàs que el lenguaje político debe discurrir
dentro de los cauces de la educación y del respeto. Hoy abundan más
los políticos cigarras que los políticos hormigas. Son muchos los
que luchan por conseguir el agua y el sol para sus tierras, pero se
encuentran siempre con la envidia, la mentira y el insulto. Otros
engañan y mienten a su pueblo, pisoteando la palabra dada.” Hay
que dirigir al pueblo con el timón de la justicia y forjar nuestra
lengua en el yunque de la verdad,”decía Pìndaro.
Gobernar
con dignidad no está en nuestros cromosomas, sino en el corazón y
la mente .Quien gobierna debe saber que no todos los gobernados
gustan de beber en la misma taza, tienen otras ideas en sus mentes.
Pero los políticos de la oposición deben escuchar con respeto las
propuestas del que gobierna y no responder de inmediato con una
batería de descalificaciones, incluso antes de oírlas.. Los malos
políticos gozan echando piedras a la luna.
Recordemos
aquello que nos dijo Platón:”Jamás el camino político debe ser
el insulto, el agravio, la mentira, la insinuación y la calumnia”.
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