Rafa Tomás.
Estamos viendo las numerosas
intervenciones por parte de la ciudadanía en todas las zonas de España
alzándose contra las medidas de recortes, que sufrimos continuamente, y contra
las noticias brutales y cotidianas de corrupción y de desidia en la gestión de
lo público, y ante la sensación de que quienes gobiernan el mundo son las
personas que controlan el capital y el enriquecimiento desaforado. Eso también
lo vive la ciudadanía en muchos países europeos y está generando el despertar
de planteamientos alternativos, cuya eficacia es muy dudosa, pero que refleja
perfectamente el descontento y la voluntad de gran parte de la ciudadanía de
vivir en condiciones reales de democracia y de gobierno del pueblo y para el
pueblo. En España lo sabemos perfectamente cómo están surgiendo alternativas
ante el desprestigio de los partidos políticos tradicionales, alternativas ante
las que, más allá de sus discursos populistas, el socialismo democrático
tendrá que reflexionar y cambiar, para ser capaces de llegar a la gente, de
escuchar de verdad las necesidades de las
bases, de conseguir de verdad la confianza de una ciudadanía que no se fía de
las personas que elige para que le representen.
El socialismo valenciano es de
los que más ha de cambiar. Ha de dejar el socialismo de mesa redonda, de querer
estar por encima de todo en el sitio de poder, de no ser capaces de presentar
alternativas reales y globales para todo nuestro País Valenciano, de olvidarse
de la obsesión de vivir de la política hasta que la muerte les separe. Pedro
Sánchez dice que quiere cambiar todo esto. Hemos de ayudarle y hemos de
conseguir que eso sea verdad. Sólo las palabras ya no sirven para nada. La
gente quiere hechos y hechos reales, no buenos propósitos. No basta con
criticar a los del PP, que bien que se lo merecen, pero hemos de acercarnos a
la ciudadanía, hemos de oír sus problemas reales, hemos de pensar qué alternativas
podemos ofrecer de verdad. Y hay que ser absolutamente transparentes y
plurales, poniendo la honestidad encima de la mesa y largando sin piedad a las
personas que hagan la mínima trampa. Hemos de luchar sin miedo contra el
caciquismo local, expulsando a quien haga falta de verdad, no dejando que los
líderes municipales implanten sus reglas del juego más allá de la democracia y
del interés general. Eso hemos de ser capaces de conseguir que la gente lo
perciba.
Y el socialismo valenciano se ve
que se lo cree poco esta necesidad brutal de cambio. Porque lo que están haciendo
en Sagunto es una barbaridad inexplicable. Nadie puede entender desde la
transparencia y la honestidad, por qué no nos dejan hacer primarias. Lo hacen
para que no pierdan sus amigos y les ha importado un bledo la democracia y la
libertad personal. Mucho menos se puede entender por qué han iniciado un
expediente de sanción a nuestra Secretaria General, Nuria Férriz, que está
intentando de verdad ese cambio profundo que quiere el Partido Socialista en
sus acuerdos y decisiones federales. Se ha hecho muchísimo daño a una persona y
al Partido en Sagunto, utilizando mecanismos de gente corrupta, que todo el
mundo conoce, manipulando decisiones municipales sin ninguna transparencia,
abusando dirigentes del Partido en la provincia sus puestos para tomar
decisiones dictatoriales, sin garantizar ningún derecho, sólo porque a ellos
les conviene y sin utilizar la misma vara de medir para algunos de sus amigos.
Esto nos puede hacer mucho daño al socialismo saguntino y a la agrupación local,
que sólo está trabajando para acercarse a la ciudadanía y plantear
alternativas de mejora de la calidad de vida. Y también le hará mucho daño a
Ximo Puig, aunque no quiera saber nada de todo esto. Pero por eso sigo
pensando que el socialismo ha de cambiar y, aquí, con Nuria Férriz lo podríamos
conseguir.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia