Tan solo basta con echar un ojo a las audiencias de los últimos
estrenos para darse cuenta de que algo falla. Cuerpo de Élite, último capítulo
emitido poco más de 2 millones y un 13,4% de share. Fariña, último capítulo
emitido también algo más de 2 millones y un 12,6% de share. Allí Abajo, la
serie estrella de Antena 3, 2,4 millones y 16,1% de share y La otra mirada,
estreno con 1,6 millones y un 9,6%. Tampoco
le van mucho mejor a las series más veteranas, las dos únicas que quedan,
Cuéntame cerró la última temporada con poco más de 2,7 millones y un 17%
mientras que La que se avecina despidió su última temporada con un último
capítulo que promedió 2,5 millones, su peor número de espectadores desde 2011.
¿Son estos datos suficientes para que una serie sea renovada?
Las cadenas cada vez tienen menos paciencia con las series y aunque la
continuidad de las dos últimas está asegurada, no lo están tanto las de las
demás, casi todas de Antena 3. Con cifras como estas es hasta lógico que una
cadena como Telecinco haya decidido aplazar el estreno de nuevas ficciones como
La Verdad y Secretos de Estado, incluso habiendo promocionado constantemente la
primera de ellas. Sus talents y realities le otorgan mejores audiencias que el
apostar por nuevas series que a saber cómo funcionan. De hecho su último
intento, El Accidente apenas promedió 2.500.000 de espectadores de audiencia
media. ¿No va siendo hora de que haya una especie de “pacto entre cadenas” y
con la empresa encargada de medir las audiencias de este país, Kantar Media,
para adaptar esta medición a los nuevos tiempos? La gente ya no solo ve las
series por la pantalla del pc, lo hacen también online o mediante otros
dispositivos, una audiencia en la sombra que no se suma a las audiencias
clásicas y que hace parecer que las series españolas son menos vistas de lo que
realmente son.
Evidentemente existe una “burbuja de series” a nivel mundial debido al
boom de las nuevas producciones de cadenas como Netflix, HBO… e incluso Amazon
o Movistar +. Algo que ha afectado sobremanera a la ficción española que ve
como sus audiencias en las teles generalistas sigue decreciendo. Si hace apenas
unos años se exigía que una ficción tuviera al menos 3 millones de espectadores
para ser renovada, hoy en día esa cifra sabe a miel y con 2,6/2,7 millones la
renovación está más que asegurada. Una cifra muy baja que cadenas como Antena 3
intentan sacar la máxima rentabilidad vendiendo sus series en el mercado
internacional. Lo peor de todo es que, por ejemplo, Allí Abajo no es solo
seguida por 2.600.000 espectadores. Seguramente esa cifra roce los tres
millones en su visionado a posteriori y de modo online pero eso no lo vemos
nosotros, tampoco los anunciantes que quieren que sus inversiones en prime time
tengan un mayor impacto.
De momento, las series españolas están abocadas a temporadas más cortas
y por ende a ofrecer menor seguridad a actores, guionistas… y las audiencias
siguen tratándose como si estuviéramos en los 90.
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