Jaime García.
PODEMOS pretende poner un petardo en el
culo de la democracia. La disentería política es en España un mal endémico. Los
españoles siempre acabamos cagándonos en todo. Épocas hubo en las que nos
cruzamos a tiro limpio, incendiando Iglesias, bibliotecas, matamos y desterramos
sacerdotes y nos liamos a mamporrazo limpio. Hemos nacido con la agresividad
debajo del brazo. Ahora, como personas sensatas, libres y democráticas, aún
somos capaces de pasear la calle, incendiando contenedores, rompiendo cristales
y amenazando a la policía. El mismo Napoleón, si volviera a nacer, se lo
pensaría dos veces antes de invadir España. Gozamos obstruyendo la política
económica del Gobierno. Hemos vaciado las arcas del Estado y nos oponemos a
una política de ajuste. Pues bien, a esta política la hemos llamado
“austericidio” y nos hemos opuesto con uñas y dientes a los programas de
austeridad, sobre todo la izquierda española y también la europea. No quieren
que los médicos curen su enfermedad. No quieren apretarse el cinturón ni
reducir gastos. Cierto que tal política no es agradable, ni gana votos, pero es
necesaria y precisa, guste o no. Una cirugía sin anestesia es imposible. Todo
el monte no es orégano. Nos hemos endeudado y lo tenemos que pagar. La
izquierda, muy lista ella, se expulsa el problema y acusa alegremente a la
derecha de ser la culpable de la política de recortes y paro. Se muestra
contestataria a las medidas de austeridad. Lo curioso es que ante esta
situación no cabe otra alternativa. Tenemos que equilibrar ingresos y gastos.
Todos sabemos que ello no es ni electoral ni agradable.
Ante esta situación, la izquierda pretende
aliarse, si es preciso, con fuerzas antisistema para derribar al Partido Popular.
Olvidan que el propio Zapatero se vio obligado a tomar medidas restrictivas. Y
miren por donde el sol sale por Antequera: aparece PODEMOS. La situación la
pintan calva. A través de ciertas televisiones, amigas y muy enemigas del
Gobierno, vomitan mensajes de odio contra la política de la derecha ante la
pasividad e indiferencia del Partido Popular. Critican la política de ajuste,
impuesta por la Comunidad Europea, y proponen un brindis al sol: nacionalizar
la banca, no pagar las deudas, expropiar las viviendas vacías, acabar con las
“castas” y dar al Gobierno con la puerta en las narices. Todo un viejo
programa libertario muy practicado en los países comunistas.
Muchos españoles de la izquierda y
algunos de la derecha quedan entusiasmados y dan rienda suelta a la
agresividad contra el Gobierno. Las mariposas de la ilusión revolotean de
nuevo. Nadie pone en duda que ha decrecido nuestro nivel de vida; que clama al
cielo los usos y abusos de muchos políticos; que hay descontento social; que
muy pocos son escarmentados y devuelven sus robos… PODEMOS, ante este panorama
es la escopeta que muchos españoles necesitaban para justificar su descontento
y hacer un correctivo al Gobierno. PODEMOS ha usado con astucia e inteligencia
las artes de captación. Ha expresado en “sus” televisiones lo que la gente
gusta oír. Su aspecto juvenil y agradable ha captado la simpatías, baza que
suple muchas veces a la razón. PODEMOS, en sus arrebatos demagógicos, ha
convertido la austeridad necesaria en una reprimenda social condenable. Ha ejercido
de botafumeiro social. Su mensaje está impregnado de populismo barato, con
referencias a naciones no precisamente modélicas. Su agradable mensaje agrada a
un sector de gentes que no encuentran atractivo ningún rincón del cuerpo
social.
La aparición de PODEMOS no es un milagro.
El milagro sería que no hubiera aparecido. PODEMOS es fruta del tiempo. El
descontento está en el origen de todas las revoluciones. Recuerden simplemente
lo que ocurrió en Alemania. El tratado de Versalles y sus consecuencias trajo
la frustración del pueblo alemán. Un simple cabo, Hitler, muy inteligente por
cierto, prometió el oro y el moro y levantó la moral de los alemanes, quienes
le votaron plenos de entusiasmo. Y esos alemanes, cultos e inteligentes, fueron
capaces del mayor crimen de la historia. PODEMOS aparece también en un momento
en el que el pueblo español sufre cierta frustración. Todos sabemos que la frustración
conduce a la agresividad y que la agresividad puede alejarnos de la democracia
y conducirnos al totalitarismo.
PODEMOS esconde arteramente sus raíces
marxistas. Ofrece un discurso poco participativo. No conocemos su programa.
Golpea, sobre todo, a la derecha a la que trata de fachas. Por la boca muere el
pez. Su filosofía corre paralela al marxismo. Ciertos españoles padecen
daltonismo político. La crisis económica les ha acercado a PODEMOS.
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