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Maestro jubilado y sindicalista de CCOO de Enseñanza del Camp de Morvedre y Alto Palancia
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- 03/02/2016
En las pasadas Elecciones Generales la ciudadanía se ha
pronunciado de forma clara por un cambio decidido en las políticas
sociales emprendidas por el gobierno de Mariano Rajoy.
En
el campo educativo, el Partido Popular impuso en todas las
enseñanzas, sin diálogo alguno, una serie de medidas legislativas
que han supuesto el mayor retroceso en igualdad y calidad jamás
visto desde la instauración de la democracia. La respuesta social ha
sido contundente desde los primeros momentos. Nunca las calles y los
foros se han llenado tanto con manifestaciones, convocatorias de
huelga y numerosos debates exigiendo la retirada de estas políticas,
pero también reflexionando sobre el presente y futuro de la
educación pública.
Cuando
se constituya
el nuevo parlamento, las Cortes Generales deben responder de manera
prioritaria a las reclamaciones de las ciudadanas y los ciudadanos
expresadas con toda claridad en las urnas. La derogación de la
LOMCE, con la paralización cautelar de su desarrollo, la retirada de
todos los recortes educativos y la revocación de las reformas de la
Ley Orgánica de Universidades (LOU) y sus desarrollos normativos son
inexcusables a partir de este instante. Los compromisos previos de la
mayoría de los partidos políticos en este sentido deben
materializarse ya como iniciativas parlamentarias
concretas.
Apremia,
por tanto, el restablecimiento de la calidad, la equidad y la
dignidad de la educación pública, que debe ser el eje vertebrador
de todas las enseñanzas. Es necesario eliminar cuanto antes las
pruebas externas de las reválidas, disminuir las ratios en las
aulas, implementar un sistema de becas y de ayudas justo, mejorar las
condiciones laborales del profesorado y restituir las decenas de
miles de puestos docentes perdidos.
La
comunidad educativa debe exigir
a las representaciones políticas en el Congreso de los Diputados
para que concreten de manera inmediata las iniciativas parlamentarias
que conviertan en realidad las demandas enunciadas, y animar
a toda la sociedad a seguir luchando para la consecución de una
educación de calidad para todas y para todos.