Stephane Soriano, concejal del PP de la localidad valenciana de Benaguasil. FOTO EPDA Ese fue el lema utilizado en las elecciones autonómicas y locales
de 2011.
Un tiempo que venía marcado por la recuperación y por la mejora
que poco a poco hemos logrado juntos en nuestro país, no sin antes, hacer
grandes esfuerzos entre todas y todos. Un lema que aunó a las personas en torno
a un mismo proyecto ilusionante.
Vivimos en el Partido Popular unos tiempos apasionantes y
novedosos. Unos tiempos, que son consecuencia directa de una moción de censura
injusta después de muchos años de intenso trabajo y de buenos resultados para España. Pero un tiempo,
en el que el partido popular ha perdido la conexión con la ciudadanía. No hemos
sabido comunicar todo lo llevado a cabo. Hemos gestionado situaciones al más
puro estilo de Berlanga y al final aquellos que muchos tacharon de marca blanca
del PP apretaron tanto, que tenemos a Pedro Sánchez en la Moncloa con vistas a
repetir en 2020.
Y llegados a este punto, muchos nos vamos a votar en esta segunda vuelta
de las primarias confrontando dos modelos. Porqué además de las personas, están
las ideas. Y aquellos que vamos a tener
la responsabilidad de poder decidir tal y como lo marcan nuestros estatutos,
debemos hacerlo libremente, sin presiones, sin llamadas y sin tutelas. Debemos
hacerlo para tener claro que partido queremos.
Tenemos ante nosotros una oportunidad para abrir el proyecto
popular. Tenemos ahora la posibilidad de volver a acercar a la ciudadanía
nuestras ideas, contar con todas y todos, escuchar, tomar buena nota y volver a
ilusionar.
Un proyecto que debe contar con todos. Con los que un día estuvieron
y se cansaron, con los que han estado siempre al pie del cañón y con aquellos
que en esta travesía por el desierto, lograron mantener el rumbo y convertirse
en islotes de buena gestión.
Cada voto va a contar y creo firmemente que es hora de asumir la
responsabilidad que cada cuál tiene y pensar en el proyecto dejando atrás otros
intereses que nada tienen que ver con ilusionar a las personas. Porque lo que
realmente importa es construir un proyecto humano, liberal y sobre todo
centrado en las personas.
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