Más de 150 años de cárcel es la pena a la que se enfrenta un hombre de 43 años por delitos de detención ilegal, violación, robo con violencia en intimidación con uso de instrumento peligroso tal y como lo reclama el abogado de la acusación y el ministerio fiscal.
Al final, se le han rebajado los delitos relacionados con la violación ya que no ha quedado suficientemente demostrada su autoría con las pruebas de semen recogidas. Por lo tanto, la condena ha sido reducida a 89 años de prisión.
Los hechos por los de los que se le acusan al individuo sucedieron entre 2007 y 2011 siempre utilizando la misma manera de actuar y consistía en buscar sus víctimas, normalmente prostitutas a las que contrataba sus servicios, de madrugada en la Avenida de Barón de Cárcer de Valencia.
El acusado las conducía a un lugar cercano al cementerio de Valencia y después de mantener relaciones sexuales con ellas, les sacaba un cuchillo, las amordazaba utilizando esparadrapos, cintas adhesivas y bridas. Después de inmovilizarlas, se las llevaba a zonas más tranquilas como los alrededores de Bétera, La Pobla de Vallbona o San Antonio de Benagéber para violarlas, robarlas y abandonarlas en el lugar a su suerte.
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