"Cebollera" de la huerta valenciana de Quart de Poblet. EPDA El
Ayuntamiento de Quart de Poblet ha iniciado un proyecto que persigue
reproducir “ceberes”, construcciones de madera que se utilizaban
para secar y almacenar las cebollas, como testimonio del paisaje de
huerta tradicional en el municipio y en la comarca de l’Horta.
Esta
iniciativa se enmarca en las políticas de recuperación del
patrimonio material e inmaterial, que tienen un importante peso
específico en la gestión municipal y en las que se ha incidido
especialmente en los últimos años, y se vincula también a la
apuesta por la agricultura como nuevo yacimiento de empleo y
desarrollo sostenible.
En
este momento se está trabajando en posibles ubicaciones, aunque una
de las que parece clara es la de Molí d’Animeta, en la que existen
50.000 metros cuadrados protegidos como parte del entorno de la
acequia de Mislata, declarada Bien de Interés Cultural (BIC). El
futuro desarrollo de este espacio contempla la puesta en marcha de
huertos familiares y de ocio pero, además, en este ámbito existió
una destacada producción de cebollas, que hizo proliferar la
construcción de “ceberes” o cebolleras. Tanto es así que el
barrio de la zona este del municipio adoptó el nombre de “La
Cebollera”.
Molí
d’Animeta alberga, por otra parte, un banco de tierras gestionado
por L’Animeta,
Associació per a la Agricultura Ecológica,
gracias a la colaboración con diferentes propietarios en la que
actuó como enlace el Ayuntamiento.
L’Animeta
se está expandiendo y ahora va a instalarse en el río, donde han
adquirido unos terrenos. Fruto del convenio que tiene firmado con el
Ayuntamiento, esta entidad podrá disponer de un espacio en el Centro
de Interpretación de la Naturaleza del Parque Fluvial del Turia, en
término de Quart, y acceder al aula para realizar actividades
formativas y divulgativas como los primeros encuentros por la
agroecología de l’Horta Oest, que se celebran en Quart el 23 y el
24 de febrero.
Precisamente,
otro de los enclaves en los que se podría instalar alguna “cebera”
es en los huertos ecológicos del Parque Fluvial, que el Ayuntamiento
todavía no ha recibido debido a incidencias que debe resolver la
Confederación Hidrográfica del Turia.
La
cebolleras son, básicamente,
construcciones hechas en madera y que se inspiran en las barracas. Su
planta es rectangular, tienen unos pilares de madera gruesa por todo
el perímetro separados entre ellos, entre un metro y metro y medio.
El tejado originariamente era de paja, pero con el tiempo se cubrió
con teja plana y las paredes están hechas también con listones
separados entre ellos unos cinco centímetros para poder dejar pasar
y correr el aire dentro de la construcción, permitiendo el secado de
las cebollas.
El
suelo está sobreelevado con respecto a la tierra, de diez a veinte
centímetros, para poder aislar las cebollas de la humedad de la
tierra.
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