María Dolores Giménez. EPDA Volvamos a la niñez, e
imaginemos por un momento, que Sagunto es un bosque frondoso donde a
través de sus espesuras se sitúa una pequeña aldea, en la que
habita la tan renombrada Caperucita Roja.
Observando nuestra puesta en
escena municipal –que tan sólo lleva unas semanas de rodaje-, ya
corren por dicho bosque multitud de voces susurrantes y de diferentes
colores, que parecen sisear a la ciudadanía aquello de “que viene
el lobo”. Un lobo joven e inofensivo, que sin tener trono, ni
querer jugar a ello, lo tachan de inexperto y que según dicen, se
deja llevar por cantos de sirena, como sacadas del gran libro de H.C.
Andersen.
Para aquellas y aquellos que
nos tildan de traer al bosque municipal tiempos inestables, que
podrían derivar en hecatombes cuasi nucleares, así como devoradores
de niñas con capa roja, les diría que tales apelativos ya se han
dado en demasía, y son propios de las decadentes políticas del
desprestigio... Sinceramente, no va en nuestro ADN.
Nuestra forma de hacer
política, unida a nuevas fuerzas, nos llevarán desde la honestidad
y la humildad a trabajar duro para la población. Y no precisamente
frecuentando la política del foco y foto. Pues ya era hora de que la
ciudadanía entrara en las instituciones, sin miedo... y ese momento
por fin ha llegado. Desde el principio, hemos apostado por este
equipo de gobierno, la química y empatía han sido fundamentales y
no perderemos el tiempo en prestar atención a aquellas voces
multicolores provenientes desde la frondosidad de semejante bosque...
de quienes siguen los dogmas de lo que se prevé una oposición
rancia y del “no mayestático”, más propio de los platós de
debates políticos, con palabras y gestos que bien pude vislumbrar
desde mi posición el pasado Sábado 13 de Junio en el pleno de
investidura. A ver –si se puede-, realizar una oposición
constructiva y llevada con respeto, sobre todo con respeto hacia una
ciudadanía que ha confiado con su voto, en este gobierno que
comienza a cabalgar.
La
experiencia se logra andando. Llegamos tras el 25M del 2014... y
desde entonces, nos hemos curtido y fortalecido en un máster de vida
y política. Relájense, señorías. No hay lobos ni Caperucitas.
Dejémosles en paz en las páginas de Perrault. Hablemos de
realidades y no de fábulas descalificatorias. Hablemos de nuestro
municipio. Esto sólo acaba de comenzar.
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