No
quiero estar más callada. Cuántas de nosotras estamos hartas,
cuántas cansadas del minuto de silencio. Si no molestamos no
existimos. Si nuestro silencio sólo sirve para que algún curioso se
pare a mirar, es que no sirve de nada.
Vayamos
más allá (tranquilos, no voy a proponer cuadrillas feministas,
aunque a veces no me falten ganas). Convenzamos al mundo para que
pare cada vez que una mujer es asesinada. Paremos los colegios, los
hospitales, los coches, las instituciones… molestemos, mucho, todo.
Que cada asesinato machista nos impida hacer la compra, nos bloquee
la transferencia necesaria, pare las clases, interrumpa el tráfico.
Si no molestamos no existimos. Que cada vez que una de nosotras caiga
en manos de la violencia machista nuestra vida se vea interrumpida,
porque la suya lo ha sido para siempre, sin opción. Porque una mujer
más no ha tenido la oportunidad de recoger a sus hijas del colegio,
no ha podido ir a trabajar, no ha tenido la opción de acabar el
libro que tenía en la mesita. Que cada muerte nos mate un poco, que
seamos conscientes, nosotras y todas y todos. Por justicia, por
respeto, porque debemos ser parte de la sociedad que cambie
definitivamente las cosas. Las leyes inanes no funcionan, son lentas
e insuficientes.
Los
minutos de silencio se pueden ignorar, que paren nuestras vidas no.
Yo estoy completamente a favor de molestar, tanto que ya nadie pueda
ignorarnos. Que nunca olviden que, si nos tocan a una, nos tocan a
todas (y un poco a todos).
Comparte la noticia
Categorías de la noticia