Hoy miércoles somos la capital de España. Todos los focos estarán puestos en nuestra bendita tierra, ya que tenemos la inmensa suerte de acoger a los dos candidatos de los partidos tradicionales a presidir el gobierno. Todo el día seremos objeto de los zoom y los flashes, y también de algún fogonazo proveniente seguro de La Sexta, esa cadena que nos quiere tanto. A saber, esta mañana Mariano Rajoy visita la empresa Air Nostrum y luego se reúne con las plataformas en defensa de la enseñanza concertada en Alfafar. Pedro Sánchez aterrizará esta tarde en Burjassot y celebrará un acto de partido con los suyos. Ni uno más y ni uno menos. Pero diseccionemos por la mitad.
Por orden de prelación, el Presidente en funciones ha escogido sitio y acompañante seguro. Recala en Alfafar, el único municipio de Horta Sud junto a Massanassa que resistió la tromba de ayuntamientos populistas constituidos el 24 de mayo pasado, hace ahora un año. Con un alcalde, Juan Ramón Adsuara, que se quedó a uno de la mayoría absoluta y ha sabido convivir, no sin dificultades, con gestionar desde la minoría mayoritaria. Y se reúne con las asociaciones de la educación concertada, las cuales acaban de protagonizar un exitazo de convocatoria el pasado domingo en Valencia, congregando a cuarenta mil personas defensoras de la libertad de elección educativa. A día de hoy, de las pocas causas proclives al PP que ganan la calle y movilizan de manera efectiva.
Por contra, Pedro Sánchez cambia de Horta y se va al Nord, llegando esta tarde a Burjassot a un mítin montado por los suyos de estas latitudes, a saber José Luis Ábalos y Carmen Montón y poco más. A sabiendas que Presidencia de la Generalitat había avisado a Ferraz que el miércoles el President Ximo Puig, secretario general de los socialistas valencianos, tenía agenda institucional en la Vega Baja, más al sur imposible de nuestra quería Comunitat. Pero a Pedro le ha dado igual, escenificando la ruptura con Puig de una manera meridiana. No le perdonará sus coqueteos de las listas del Senado con Podemos, o sus avenencias con Susana Díaz. Lo dicho, cada uno a lo suyo. Así el PSOE no acabará bien, seguro.
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