Se
acercan las elecciones y, de nuevo, políticos nos intentarán
seducir. Los hay de varios tipos: los que gestionan bien, los
trabajadores, los honrados, los salvadores y regeneradores,
los parlanchines, los ‘vendeburras’, los egocéntricos, los
sinvergüenzas, los jetas, los arribistas, los canallas,
los chapuceros, los corruptos y los que se van, pero siempre
están ahí.
Entre
los que peor me caen, aquellos que han descubierto ahora la
corrupción en el partido vecino, pero ha callado toda su
puñetera vida mientras se instauraba un sistema piramidal
corrupto. En Canet d’En Berenguer se encuentra la mayor
variedad de políticos, muchos identificados con los calificativos
anteriores, que saben de la corrupción pero se han callado por
miedo, porque han participado de la fiesta de la construcción
o porque esperaban que el silencio les fuese pagado con sobres o
promoción de algún familiar. Da igual el partido que representéis,
porque sois la misma mierda. Con perdón.
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