El libro escrito por Sancho antes de ingresar en la prisión de Picassent. ‘‘Mientras no le pongamos las esposas y nos lo llevemos, no se preocupe’’. Asà cuenta José Antonio Sancho, secretario de Canet, que le dijo uno de los agentes ‘‘de la UOPJV el dÃa en que vinieron allevarse toda mi documentación’’, por lo que, habida cuenta de que lleva dos semanas en prisión sin fianza, tiene motivos para preocuparse. Lo cuenta en un libro titulado ‘‘La elucubrante causa de La Pobla de Farnals’’ y que estuvo repartiendo los dÃas previos a su ingreso en Picassent entre funcionarios, polÃticos y amigos.
El Periódico de Aquà ha desmenuzado esta obra, en la que Sancho destila su habitual prepotencia y narcisismo, hasta el punto de atreverse a cargar, no sólo contra la prensa, en especial El Periódico de Aquà por cuatro años de investigaciones en solitario, sino que critica a jueces y fiscal Anticorrupción, al alcalde de La Pobla de Farnals y las ex secretaria e interventora de este municipio de l’Horta Nord, donde Sancho recaló como interventor acumulado siendo alcaldesa la tránsfuga Natividad GarcÃa, periodo en el que el fiscal Anticorrupción ha detectado cuantiosas anomalÃas que implicarÃan a varias empresas que habrÃan hecho informes para ‘‘saquear’’ aquel Ayuntamiento- Un periodo en el que el fiscal realizó un demoledor informe en el que acabó pidiendo 9 años de cárcel para Sancho y otros tantos de inhabilitación, igual que para GarcÃa.
El libro está ilustrado con una imagen de la ex alcaldesa tránsfuga y está dividido en dos partes, una en la que relata su visión de lo que sucedido con esta causa y una segunda ‘‘para quitar el mal sabor’’. Reproduce los artÃculos ofensivos publicados en La Gaceta, gratuito que utilizó de altavoz.
Comienza atacando a la prensa, a la que considera el origen de sus problemas con la justicia, dedicando un espacio especial a El Periódico de Aquà y su director, Pere Valenciano, tras cuatro años de investigaciones que han dejado al descubierto una forma de actuar en el ayuntamiento de Canet d’En Berenguer, que está siendo investigada por la justicia.
‘‘Como se irá viendo no tengo miedo a jueces y fiscales, porque mi conciencia está tranquila. Tengo miedo a la prensa (...) pues prevalece el afán de satisfacer a ese populacho ávido de noticias repugnantes y de corrupta carroña’’.
Junto a El Periódico de AquÃ, Sancho arremete contra fiscal y jueces, el ex concejal socialista VÃctor Almor; el candidato a la alcaldÃa, JoaquÃn Rambla; la secretaria e interventora que habÃa en La Pobla antes de que llegara él a ‘‘poner orden’’ o al edil José Antonio Sorzano, a quien insulta reproduciendo un panfleto anónimo que se distribuyó en La Pobla.
En definitiva, Sancho se considera vÃctima de una trama y reivindica su excelente trabajo realizado en decenas de lugares, recordando que fue presidente del Colegio de Secretarios e Interventores de la provincia desde 1993 al 2002. ‘‘Creo que el resultado no es malo. En mi libro personal de cuando se me hizo el homenaje de mis primeros 25 años tengo, sin exclusión alguna, la felicitación de todos los alcaldes y presidentes que he tenido en los distintos municipios, mancomunidades y consorcios. Sin exlusión ninguno, inlcluido el presidente de la Diputación de Valencia’’, Alfonso Rus.
En esta obra Sancho se pregunta ‘‘a quién molesto. Algunos me dicen que me han echado el mal de ojo. Hasta los mÃos me dicen que eso me pasa por tomarme las cosas tan a pecho, por ser tan justiciero, por pretender arreglarlo todo’’. Y concluye el prólogo con un párrafo premonitorio: ‘‘este libro no lo he escrito para quejarme, sino para decirle a mis amigos y amigas que el tiempo creo que me dará la razón. Para entenderlo si me miráis a la cara veréis que, a pesar de los pervertidos e inmorales intentos de estes grupo contra mi persona, rebosa tranquilidad y felicidad. No en vano, Sancho viene del latÃn ‘sancius’ que significa bueno, noble o bondadoso’’.
En la obra intenta desmontar las acusaciones del fiscal Anticorrupción, que citaba en un informe que ha dado a pie a una causa en Massamagrell -por la que se le abrió juicio oral y es diferente a la nueva investigación que lo ha llevado a la cárcel sin fianza-. En el capÃtulo cuarto se refiere al ‘‘origen de la contratación’’ y repasa cómo llegó a La Pobla como interventor acumulado ‘‘y yo le dije a Natividad que si me dejaba, le organizaba el Ayuntamiento que se merecÃa ser por lo menos como el de Canet d’En Berenguer’’.
‘‘Rubia, alta y delgada’’
Relata que no conocÃa a la tránsfuga hasta que se produjo la moción de censura y asà la definió el dÃa en que quedó con ella: ‘‘la encontré ágil de mente, con profundos conocimientos jurÃdicos sobre todo en materia de bienestar social y de prontas entendederas. Aparte de ser una mujer que por donde pasa llama la atención. Rubia, alta, delgada y con ojos azules. Como se ve en la foto’’.
Lo que sigue es su narración del trabajo realizado en La Pobla, aportando facturas de las empresas investigadas, resultando sorpresivo que tenga acceso a tanta documentación si, como él mantiene, no tiene nada que ver con la Academia Valenciana de Juristas, Millena III Milenio o Asesores Profesionales.
En resumen, culpa de sus males a la secretaria e interventora -la secretaria abandonó el Ayuntamiento dejando un demoledor informe que dio pie a la investigación, publicado en exclusiva por este periódico-.
La prepotencia de Sancho vuelve a quedar patente en el capÃtulo VII, donde critica el trabajo de fiscal y jueces. ‘‘En el presente caso no ha habido un único juez instructor. Han pasado hasta el presente seis jueces, todos mujeres’’ y las cita con nombres y apellidos. ‘‘No os extrañe que no diga juezas -prosigue quien encabezara la lista de Fuerza Nueva en las elecciones de 1979 en Valencia-. Como decÃa mi maestro Juan Montero, lo mismo que de pez no decimos ‘peza, de juez no decimos ‘jueza’ (...) Es decir el conocimiento respecto a la causa de cada una de dichas juezas ha sido parcial (...) y el mando de facto sobre la causa no lo han ejercido los jueces sino el fiscal’’.
Fiscal al que vuelve a criticar veladamente en otro pasaje cuando asegura que ‘‘un dÃa que estaban la juez actuante y el fiscal en sala, como estaba la puerta abierta al ir a entrar, escuché sin quererlo una conversación entre la juez y el fiscal. La juez le decÃa más o menos que iba a sobreseer la causa pues no habÃa delito alguno y estaba probada la existencia y legalidad de los trabajos, a lo cual el fiscal le respondÃa que no lo hiciera porque además esto no tan sólo habÃa ocurrido en La Pobla de Farnals, sino en otros muchos Ayuntamientos y entidades públicas’’.
Finaliza lamentando que ‘‘el daño está en lo ya ocurrido. Está en haber ensuciado la vida de un abogado intachable y de un secretario multitudinariamente querido y respetado en los pueblos por donde ha pasado’’.
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